In-Edit, regreso al paraíso del documental musical

Elvis Presley, Peret, M.I.A, The Rolling Stones, Studio 54 y L7, entre otros, protagonizan la XVI edición del festival barcelonés

Sir Michael Caine, en un fotograma del documental «My Generation» ABC

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Los Rolling Stones en su mejor-peor momento, con la heroína galopando por sus venas y «Exile On Main St.» acariciando el cielo del rock tóxico. La doble vida de Jorge Martí, líder de La Habitación Roja que alterna su condición de astro del indie con las guardias como enfermero de pacientes de alzheimer en un pequeño pueblo de Noruega. Sir Michael Caine poniéndole voz a los años de luz, color y desmelene del swinging London . Elvis y Peret recordados como los reyes, cada uno de lo suyo, que realmente fueron. El ocaso artístico y vital de George Michael. The Slits danzando como amazonas enfurecidas en los albores del punk británico. El indomable poderío femenino de M.I.A. El aún más salvaje poderío femenino de L7.

Y así podríamos seguir hasta desmenuzar, uno a uno, los 58 documentales c on los que el festival In-Edit espera recuperar el tipo después del susto que se llevó el año pasado, cuando, procés mediante, las cifras de asistencia cayeron un 20%. Un traspiés al que se sumó, hace unos meses, el batacazo emocional del cierre de los cines Aribau Club, una de la sedes históricas del festival, pero que no ha conseguido hacer mella en una cita que llega a su XVI edición fiel a sus principios y empeñada en convertir la música y sus frondosos alrededores en material audiovisual de primera.

Sólo así se entiende que, un año más, la programación del In-Edit sea un mapamundi sin parangón en el que lo mismo cabe la leyenda guerrera de Joan Jett que la peculiar historia del luthier americano que fabrica instrumentos con restos de edificios neoyorquinos. O, ya puestos, en el que estrellas de la talla de Grace Jones, Joao Gilberto o The Go-Betweens comparten protagonismo con sellos o salas sin los que la historia de la música popular no habría sido lo mismo.Es el caso, por ejemplo, de Trojan Records o de Studio 54, protagonistas de sendos documentales que enriquecen el espíritu de un festival que, como le gusta decir a su director artístico, Lluís Hidalgo, en realidad hablan más de la vida que de la música.

Así, más allá de los nombres propios o del cosquilleo que pueda provocar ver en pantalla grande «Cocksucker Blues» , documental de Robert Frank que los Rolling Stones vetaron en su día por ofrecer un retrato excesivamente detallado del desenfreno de principios de los setenta, el In-Edit sigue buscando (y encontrando) en el relato, en la historia detrás del personaje, su razón de ser. Es así como uno acaba llegando a «Desolation Center», la historia del insólito festival que Minutemen impulsaron en el desierto de Mojave en 1983; o contempla la historia de cuatro mujeres que, a través de su relación con los Beatles, Backstreet Boys, Take That y One Direction, ofrecen una visión alternativa del fenómeno fan. Bienvenidos, una vez más, al paraíso del documental musical.

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