Cuando el hielo funde corazones

Oyendo los aplausos finales de 'Winterreise', no queda demasiado margen a la duda: pese a la escasa presencia de danza en el Liceo, el público la aprecia y la disfruta

Un momento del espectáculo Liceo

Pep Gorgori

La vida de Schubert fue breve e intensa , con más amoríos que amores, compañías de amigos que en la época se consideraban de mala reputación y enfermedades que acabaron llevándolo a la última posada antes de lo que la Humanidad hubiese querido. Pero tuvo tiempo para legarnos una obra que, de tan etérea, tan abierta, podría ser tanto su propia biografía como la de cualquiera de nosotros. Con poemas de Wilhem Müller , el 'Winterreise' se considera una de las obras más redondas del Romanticismo musical.

El ejercicio de añadirle algo más a lo perfecto es, por lo tanto, más que peligroso: casi un fracaso asegurado. Pero si se alcanza lo que parece imposible, el resultado es memorable. La producción que puede verse estos días en el Liceo es uno de esos casos de éxito teniéndolo en contra.

Angelin Preljocaj ha creado una coreografía que transmite con el gesto, el movimiento y pocos recursos más todo el universo de Schubert, subrayando sus mensajes. En muchos casos, con símbolos más o menos explícitos , como los abanicos que evocan la veleta de la segunda canción de la obra, los tres falsos soles, o las cartas del correo (en papel negro, por supuesto). Otros, más sutiles, son los que funden el corazón más helado. Por ejemplo, la identificación de las bailarinas con las lágrimas de los hombres, y ese puñado de tierra sobre el cuerpo de ellos durante la última canción, en la que Schubert deja entrever el final de la vida de su protagonista.

No puede juzgarse la parte estrictamente musical con los mismos parámetros que se aplicarían a una sesión de lied. En primer lugar, el Liceo no es precisamente una sala de dimensiones reducidas donde se pueda apreciar este género musical. Y en segundo lugar, los matices del piano y la voz son tantos que apenas dejan espacio para hacer nada más que escucharlos con los ojos cerrados. El barítono Thomas Tatzl y el pianista James Vaughan apostaron por una lectura razonablemente aséptica, fiel a la partitura pero sin destacar demasiado las dinámicas ni jugar con los tempi, cediendo así algo de protagonismo a la escena.

Resulta, por tanto, un 'Winterreise' que puede sorprender al público más afín al lied , pero que hay que escuchar y, sobre todo, ver, con mentalidad abierta. Y, a poder ser, con el texto de los poemas bien estudiado, ya que en esta ocasión no se muestran los habituales subtítulos -cabe suponer que para evitar aún más distracciones al público.

Oyendo los aplausos finales, no queda demasiado margen a la duda: pese a la escasa presencia de danza en el Lice o, el público la aprecia y la disfruta. La próxima cita será con todo un clásico de fechas navideñas, 'El Cascanueces' de Tchaikovsky por el Ballet del Théâtre du Capitole de Toulouse.

Música: Schubert. Intérpretes: T. Tatzl, barítono; J. Vaughan, piano. Ballet Preljocaj. Angelin Preljocaj, coreografía y dirección. Fecha: 5 de noviembre. Lugar: Gran Teatro del Liceo, Barcelona.

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