Barcelona se pone en órbita como capital de la literatura fantástica

En una ciudad entregada a los crímenes literarios de BCNegra y a las cuitas históricas del Barcelona Novela Histórica; en una ciudad bendecida con su propio triángulo friki ( ya saben, Gigamesh y alrededores ) y en la que cada visita de Patrick Rothfuss o Brandon Sanderson se convierte en una auténtico acontecimiento… En una metrópoli así, distinguida además por la Unesco como Ciudad de la Literatura, faltaba algo.

Una cita que abrazase todos los géneros no realistas. Un festival para celebrar la fortaleza de lo fantástico y reivindicar, ahora más que nunca, una manera de entender la literatura que ha acabado por definir gran parte de la cultura del siglo XXI. Una cita, en fin, como el 42, el Festival de Géneros Fantásticos de Barcelona que estrenará su primera edición a partir del 3 de noviembre con una inmejorable parrilla de nombres nacionales e internacionales y reflexiones sobre la mitología, la fantasía épica, el terror, el feminismo, el posthumanismo, los robots…

Los caminos del género, ya ven, son inescrutables, razón de peso para tratar de concentrarlos casi todos en la Fabra i Coats en cuatro días de actividad frenética. En el menú, más de 200 autores, 74 actividades,   homenajes a titanes de talla de Stanislav Lem y Ana María Matute, una exposición de robots literarios, unos galardones de nueva creación para reconocer lo mejor de la temporada pasada… «Estamos en un momento muy bueno para los géneros fantásticos, y se trata de hacer un mapa de toda esta efervescencia», apunta el escritor y comisario del festival, Ricard Ruiz Garzón.

Dentro de esa bonanza que acompaña a los géneros no realistas, el 42, bautizado en honor a la 'Guía del autoestopista galáctico' del también homenajeado Douglas Adams, destaca por traer a Barcelona a «algunas de las mejores autoras internacionales de género», en palabras de Ruiz Garzón. Es el caso, por ejemplo, de la rusa Anna Starobinets, la escocesa Naomi Gibson, las estadounidenses Alexandra Bracken y Carmen Maria Machado, la boliviana Giovanna Rivero y la inglesa Susanna Clarke. Todas ellas pasarán por la Fabra i Coats -solo Clarke, alérgica a viajar y casi a salir de casa, participará por videoconferencia- junto a un desembarco de talento nacional e internacional en el que destacan Nicholas Eames, Maite Carranza, Elia Barceló, Emilio Bueso, Javier Calvo, Edmundo Paz Soldán, Manel Loureiro, Stuart Turton, Francesco Nepitello o Manon Steffan Ross, entre muchos otros.

«Ahora mismo, decir que no te gusta la ciencia ficción es casi tanto como decir que no te gusta la literatura», defiende Ruiz Garzón, para quien la variedad temática es tal que cualquiera puede identificarse con algún ámbito de interés. Así, de los zombies al cambio climático pasando por el posthumanismo, la robótica, la conexión con los videojuegos, el 'solarpunk' o las narraciones orales, el 42 se presenta como, nunca mejor dicho, un fantástico escaparate del género y de sus inagotables ramificaciones.

Nada sería lo mismo, subraya el comisario, sin J. K. Rowling a George R. R. Martin («sin Harry Potter podríamos haber perdido una generación de lectores»), pero tampoco sin Stanislav Lem, cuyo centenario inspira una exposición en la Biblioteca Can Fabra, ni sin Ana María Matute, de quien se celebra el 25 aniversario de la publicación de 'Olvidado rey Gudú'. El músico y activista Vïctor Nubla y el galáctico Douglas Adams completan el listado de homenajeados de un festival que entregará también sus propios premios a los mejores libros de género fantástico. Un remate de altura para una cita con la que Barcelona sale de órbita para retratar la eclosión de las literaturas no realistas justo ahora que la realidad se ha empeñado en hacerles la competencia.