Escrache a Manuel Valls en su primer acto de precampaña en Barcelona

«Este es el clima de intolerancia que vivimos en Barcelona y Cataluña pero esto no me parará», asegura el candidato ante las protestas de independentistas y prostitutas

Manuel Valls, este mediodía en su acto en el Raval INÉS BAUCELLS

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El de este martes no era un acto elegido al azar. El aspirante a la alcaldía de Barcelona, Manuel Valls, eligió el corazón del Raval para empezar a pisar el barro de la precampaña de las elecciones municipales del próximo mayo. Precisamente allí, en una de las zonas de la ciudad más atosigadas históricamente por la delincuencia, el eje de Robadors, el ex primer ministro francés quería empezar a desgranar sus ejes de campaña, en este caso exponiendo sus antídotos en materia de seguridad , que se avecina como uno de sus ejes argumentales.

La arriesgada apuesta se encontró con la respuesta de una cincuentena de vecinos del barrio que esperaban a las puertas de la Filmoteca para mostrar su rechazo al alcaldable de Ciudadanos. Aunque sus gritos y pancartas obligaron a Manuel Valls a abandonar la zona escoltado, no pudieron evitar que el líder pudiera trasmitir su mensaje en favor de una ciudad más segura, gracias, en gran parte, al refuerzo de la Guardia Urbana.

Entre los manifestantes coincidieron miembros independentistas, con un par de banderas, y también un sonoro colectivo de prostitutas , ataviadas con una pancarta de grandes dimensiones, y de personas migrantes, que le tacharon de «fascista».

A pesar del ambiente hostil, Manuel Valls recordó que en la capital catalana se produce un robo cada cinco minutos y expuso sus planes para erradicar los problemas de delincuencia y violencia callejera, y sus derivadas en los narcopisos o el top manta. Para él, la estrategia de seguridad que necesita Barcelona pasa por la incorporación de entre 1.000 y 1.500 agentes a la Guardia Urbana en los próximos cuatro años.

«Intolerancia»

Todo ello lo contó mientras, tras las vallas de seguridad que se habían colocado previamente, los manifestantes le abucheaban con gritos que hacían referencia al top manta, la prostitución, la especulación o la vivienda. «Un desalojo, una ocupación», «libertad presos políticos», «fuera fascistas del barrio», «qué sabrás tú de tolerancia» y cánticos como «menos policía y más educación» o «els carrers seran sempre nostres».

«Esto no es ninguna sorpresa», respondió a los gritos de los manifestantes que lo increpaban verbalmente al final de su intervención. «Este es el clima de intolerancia que vivimos en Barcelona y Cataluña pero esto no me parará porque quiero ser alcalde», sentenció, arropado por una decena de simpatizantes. Una vez acabado el acto, algunos de los pocos vecinos que se atrevieron a acercarse al estand informativo, en pleno momento de tensión, lamentaban a ABC que «quieren libertad pero no son tolerantes».

Efectivos de la Urbana tuvieron que escoltar a Valls en medio de un gran revuelo por las callejuelas del Raval. Los agentes hicieron un cordón policial y detrás suyo marcharon los manifestantes hasta llegar a la Rambla, donde el candidato se marchó en Metro. Poco después, algunos compañeros de partido como Albert Rivera o Inés Arrimadas pero también de otras formaciones, como Jaume Collboni (PSC) y Alberto Fernández (PP), mostraron el rechazo por el boicot al acto.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación