Barcelona pone la primera piedra para la capitalidad mundial de la arquitectura de 2026
La ciudad acogerá en mayo de 2022 un festival de arquitectura que será una mezcla de las fiestas de la Mercè y de la Bienal de Pensamiento
Se escapó la Agencia Europea del Medicamento, el Hermitage pende de un hilo y la ampliación del Prat está más lejos que cerca, pero lo que nadie la quita a Barcelona, laboratorio de Gaudí y del urbanismo olímpico, es que en 2026 será Capital Mundial de la Arquitectura. La jugada hubiese sido maestra si, como estaba previsto, las obras de la Sagrada Familia hubiesen terminado también ese mismo año, pero ahora que ya se sabe que no podrá ser, todas los focos serán finalmente para una capitalidad que «reconoce la calidad arquitectónica y urbanística de Barcelona, el cambio de modelo urbano que se está impulsando y el ecosistema del sector de la arquitectura que hay en la ciudad».
El momento, en pleno debate sobre el futuro de la ciudad, el urbanismo táctico y la vigencia de la cuadrícula de Cerdà, se antoja inmejorable. Quizá por eso la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ve en la capitalidad mundial una oportunidad para potenciar las transformaciones que ya están en marcha en la ciudad y para las que considera imprescindible tanto la innovación como que el protagonismo de la ciudadanía.
Así se ha expresado la alcaldesa en un acto conjunto que ha reunido a Gobierno, Ayuntamiento, Generalitat y a representantes de los colegios de arquitectos de España y Cataluña en el pabellón Mies Van der Rohe, emblema de la Exposición Universal de 1929 e icono del reaprovechamiento y la reconstrucción. Un acto solemne con el que las instituciones han querido mostrar su total sintonía de cara a 2026 y han activado una suerte de cuenta atrás simbólica cuya primera parada será, en 2022, el Arquitecture Fest BCN, una versión evolucionada de la Semana de Arquitectura que desde 2017 se celebra cada año en la ciudad.
«Se le dará un nuevo impulso para incorporar a la reflexión y al debate las acciones que se están desarrollando en el ámbito de la arquitectura no solo desde Barcelona, sino en Cataluña y en el conjunto del país», avanzan las tres administraciones. Además, cada año se incorporará una ciudad invitada de referencia para conocer e intercambiar conocimiento, experiencias e iniciativas y reflexionar y trabajar conjuntamente sobre nuevos retos arquitectónicos y urbanísticos.
La primera edición de este nuevo festival se celebrará en mayo y estará centrada en el patrimonio industrial de Barcelona y en los barrios de la ciudad. Será, en palabras de la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, como una mezcla «entre una Bienal de Pensamiento y unas Fiestas de la Mercè». «Ahora mismo Barcelona tiene una nueva ciudad creciendo en su interior, una una autèntica metamorfosis», ha asegurado Colau, para quien la arquitectura tiene sentido «cuando sirve para mejorar de manera objetiva la vida de la gente, con vivienda asequible y digno, servicios públicos, parques, jardines, un espacio público de calidad...».
Según el director general de Agenda Urbana y Arquitectura del Gobierno, Iñaqui Carnicero, Barcelona «ha sabido realizar importantes actuaciones urbanas que han hecho que la ciudad se vea como un ejemplo de urbanismo y arquitectura a nivel internacional» por lo que, ha añadido, no desaprovechará la oportunidad para establecer mejoras en la ciudad a raíz de la capitalidad. «Si el ciudadano está orgulloso de su ciudad, la ciudad saldrá adelante seguro», ha añadido la decana del Colegio de Arquitectos de Cataluña, Assumpció Puig, para quien la capitalidad pone de relieve el papel transformador de la arquitectura.
