Venezuela, al límite

El miércoles pasado aprobamos en el PE una resolución sobre la situación en Venezuela denunciando la grave crisis humanitaria que vive el país. Pocas cosas han cambiado desde la primera que se aprobó, y todas a peor. Así me lo contaba la mujer de Antonio Ledezma, Mitzy Capriles, y el padre de Leopoldo López, Leopoldo López Gil, en una cena en Lisboa con ocasión de la reunión de la Asamblea Parlamentaria EuroLat de la que formo parte. La trágica situación de crisis en todos los aspectos en la que se encuentra Venezuela es insostenible.

La escasez de alimentos, el desabastecimiento en los hospitales, la inflación, la falta de libertad de prensa…, en definitiva, todo lo que llevamos denunciando desde hace tiempo sigue en aumento y lleva al país a la deriva con unos elevadísimos índices de violencia.

A todo ello se suma el boicot constante por parte del Gobierno de Maduro a todas las iniciativas internacionales para prestar asistencia a la sociedad civil y el bloqueo a la entrada de ayuda humanitaria.

Desde el Parlamento Europeo hemos denunciado este bloqueo y hemos pedido a las autoridades venezolanas que permitan su entrada en el país. Además, es imprescindible la liberación de los presos políticos para iniciar el dialogo para la reconciliación nacional, una propuesta a la que Podemos acaba de negar su apoyo absteniéndose en la votación. Venezuela está viendo diariamente como la democracia y los derechos humanos se deterioran sin vislumbrar una solución a corto o medio plazo. El Gobierno posee el control absoluto del poder judicial y del Consejo Nacional Electoral impidiendo la celebración de un referéndum revocatorio que cuenta con el apoyo de más de 1,8 millones de venezolanos.