Un policía fuera de servicio salva a un niño que se estaba ahogando:«Son minutos de mucha angustia»

Eran las siete y media de la tarde. Jordi paseaba por Figueras (Gerona), cuando escuchó los gritos de una mujer. «Veo que le mete los dedos en la boca a un niño que está inconsciente», cuenta a ABC este agente de la Policía Nacional. Estaba fuera de servicio cuando divisó a una madre que sostenía en brazos a su hijo de un año, que se estaba ahogando.

La gente de alrededor miraba la escena pero no intervenía. Lo hizo este policía, con 28 años de servicio a sus espaldas, tras ver que el pequeño no tenía pulso. «No daba tiempo a esperar a la ambulancia y lo reanimé como pude», explica. Le practicó la maniobra de Heimlich -procedimiento de primeros auxilios para desobstruir el conducto respiratorio con compresiones abdominales- y luego la reanimación cardiopulmonar , consiguiendo que el pequeño empezara a respirar y a recobrar, poco a poco, la consciencia.

«Le dije a la madre, tranquila, el corazón ya funciona». Fue entonces cuando paró un coche para que los llevase hasta un centro médico. « Nos montamos los tres, y el conductor -que se tuvo que saltar algún semáforo en rojo- nos dejó en el Hospital de Figueras», rememora.

Unos 20 minutos después, el médico que atendió al niño le trasladó que se encontraba bien. Se despidió de la madre, y se fue. «Cualquier ciudadano lo hubiese hecho, pero como policía tengo doble obligación. Son minutos de mucha angustia, nunca me había encontrado ante una situación así», explica.

A controlar la angustia le ayudó su formación. « Te acuerdas de la cursos, tanto de la academia de Policía , como de los posteriores. Al ser un niño tan pequeño hay que tener cuidado para no romperle el esternón. Finalmente, todo salió muy bien», celebra.