Murillo, con la camiseta de la ANC para la Diada
Murillo, con la camiseta de la ANC para la Diada - PEP DALMAU

«Soy madrileña y entendí que la independencia de Cataluña es justa»

Entrevista a Belén Murillo, coordinadora de la delegación de la ANC en Madrid

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Belén Murillo (San Fernando de Henares, 1974), politóloga y doctorando en Antropología y Sociología, es una madrileña que defiende la independencia de Cataluña. Vive en la capital de España y trabaja en el Círculo Catalán de Madrid. Es miembro del secretariado nacional de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y coordinadora de la delegación que esta entidad tiene en Madrid, creada en octubre de 2014. La ANC incluye en su lista de asambleas «exteriores», en el extranjero, que son casi unas cuarenta, a las de Madrid, Galicia y País Vasco. Junto a las de Andorra, Alemania, Estados Unidos, etcétera.

—¿Cómo llega una madrileña a coordinar una entidad independentista catalana en la capital de España?

—Hace unos diez años, empecé a interesarme por la cultura catalana.

Hice una tesina sobre música y cultura catalana a través de la Nova Cançó y todo el movimiento político que hubo en Cataluña durante la Transición. Empecé a leer libros en catalán, a aprender la lengua, a ver televisión en catalán vía satélite, a viajar a Cataluña para entrevistarme con gente de la cultura, a ir a la Universidad catalana de verano... Y entendí el independentismo como una causa justa. Antes que eso, siempre fui partidaria del derecho a decidir. Yo abandero la iniciativa Madrileños Por el Derecho a Decidir.

—¿La ANC no tiene sede física. Cuánta gente son?

—Somos unos cuarenta socios. Yo soy la única nacida en Madrid. Luego hay muchos socios que son catalanes casados con madrileños, con hijos madrileños. También tenemos colaboradores, que sí son madrileños. Nos reunimos una vez al mes en el café del Círculo Catalán de Madrid.

—¿Qué actividades llevan a cabo desde la ANC Madrid?

—Nuestras estrategias principales no son tanto de actos en la calle, aunque hemos participado en charlas y debates en foros como la Universidad Complutense, porque entendemos que el ambiente en Madrid es más hostil. Creamos sinergias con la delegación de la Generalitat en Madrid, con el Círculo Catalán de Madrid, aunque esta entidad es neutral y no entra en cuestiones políticas. También mantenemos contactos con los grupo políticos catalanes en Madrid y somos muy activos en las redes.

—Una curiosidad ¿en su entorno familiar y de amigos ha notado algún rechazo por ser independentista?

—Rechazo, rechazo, no. Bromas. Les parezco el bicho raro de la familia y ya está. Con mi cuñada tenemos mucha rivalidad con esto, porque ella es súper anticatalanista, pero es casi más independentista que yo: porque es de la opinión de que “no queremos para nada los catalanes, que les den la independencia y se vayan ”. Perfecto, pues, coincidimos. Mi madre es de la postura que yo califico de nacionalismo evangelizador: “¿por qué no quieren ser es españoles, si es lo mejor?”, se pregunta. Luego, hay visiones más políticas, como las de mi padre, que lo ve desde una óptica de clase, haciendo la dicotomía entre lo nacionalista y lo social. Yo le digo que no hay nada más social que hacer una república.

—¿Y como ANC Madrid han recibido algún tipo de rechazo?

—Nada importante. Alguna amenaza a través de las redes sociales...

—Para la semana previa de la Diada, en el marco de la llamada Semana Catalana en el Mundo, las asambleas exteriores de la ANC celebran varios actos de proyección internacional. En París, Nueva York... ¿En Madrid que será?

—El 7 de septiembre presentaremos en Madrid la propuesta de constitución catalana que elaboraron varios voluntarios de la plataforma Constituim, que ya se presentó en mayo en Cataluña.

—¿La Diada del próximo septiembre se antoja muy importante. Con el «procés» que parece encallado, la cuestión de confianza a Puigdemont, la propuesta de un referéndum unilateral de independencia, la posible inhabilitación de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell...

—La Diada de este año tiene que ser importante, especial, y ya no hablo tanto de números, de asistencia, sino por impacto. Que tenga proyección internacional. Nosotros la Diada la estamos enfocando en lo que nosotros planteamos. En una consulta interna nuestros socios optaron por hacer un referéndum. Creemos que la sociedad está preparada. En cuanto a la cuestión de confianza, se necesita aprobar sí o sí y tejer un calendario para pasar los presupuestos. Creemos que todo el mundo estará a la altura.

—¿Pero ve factible un referéndum unilateral de independencia? ERC lo ve bien, la CUP lo pide como ustedes, pero en el Partit Demòcrata no todos están a favor. Y desde las llamadas izquierdas de confluencia –Barcelona en Comú, Podemos, ICV y EUiA–, no hay una postura homogénea.

—Nosotros estamos convencidos de que el gobierno catalán cumplirá los compromisos, que el Parlamento aprobará las tres leyes de desconexión y, luego, la culminación debería ser el referéndum. De todas formas, nosotros no le llamamos referéndum unilateral de independencia. Lo que proponemos es un referéndum de independencia vinculante. Vinculante, a diferencia del del 9-N.

—Pero si es vinculante y no unilateral debería ser acordado con el Estado, y eso no parece posible...

—Esto sería así si le da a la otra parte, el Estado, la legitimidad de impedirte que celebres un referéndum. Pero yo, llegados a este punto, cuando el Gobierno y el Estado español no ha querido dialogar, ya no le doy la legitimidad. No es que ya no contemos con ellos. Es que ellos no cuentan con nosotros para dar con una solución política a la cuestión secesionista.

—Vistos los resultados de las últimas autonómicas, donde los votos independentistas de JpS y la CUP sumaron solo el 48% del total, ¿considera que hay una masa social suficiente en favor de la independencia?

—Eso no significa que el 52% restante sea en su totalidad no inpendentista, no lo sabemos. Algunos de ellos además se han declarado a favor el referéndum, aunque no sean independentistas.

—Sí, es el caso de los partidos de la nueva confluencias de de izquierda, pero ellos sólo contemplan un referéndum pactado con el Estado... ¿Entonces?

—Yo no creo que toda la gente que vota Podemos, En Comú Podem, etcétera estén todas en esta postura, en contra de un referéndum que no este pactado. Yo hablo de los votantes, no del partido o sus dirigentes.

—Cataluña vira a la izquierda, según los resultados de las últimas generales, en las que ganó En Comú Podem ¿Para el éxito de la causa secesionista es necesario sumar la complicidad del efecto Colau?

—De los electores de Colau, sí. Del partido y de sus dirigentes, ya digo que muchas veces son ambiguos. A mí me interesa ver qué haría la gente que está a favor de estos partidos en el caso de un referéndum de sí o no la independencia. Porque en las elecciones autonómicas o generales la gente vota en otras claves, como la social.

—¿Qué le parece el discurso de Colau respecto la independencia?

—Creo que están jugando un poco a la ambigüedad porque precisamente su electorado es ambiguo. Unos piensan una cosa y, otros, otra. Y no quieren perder votantes.

—¿Qué piensa de la posible inhabilitación de Forcadell por parte del Tribunal Constitucional? ¿Podría servir incluso de acicate para para reavivar el movimiento secesionista?

—No quiero dar pistas al Gobierno español... (sonríe). La reacción del movimiento secesionista será la que tenga que ser. Hay ciertas personas, como Rajoy, que cada vez que abren la boca nacen tres o cuatro independentistas.

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