Joan Carles Valero - LETRAS EXPECTATIVAS

Marginar el edadismo

La tecnología es una palanca de progreso que debe ayudar a todos a avanzar y no solo a unos cuantos. La marginación de la que hablo es producto del edadismo

Aula informática para la tercera edad SAN BERNARDO

El IV Encuentro de Economía Senior finaliza hoy con el llamamiento a un nuevo pacto intergeneracional entre jóvenes y mayores que afiance el Estado del Bienestar. Estoy de acuerdo, pero en paralelo hay que evitar dejar atrás a los mayores, porque ninguna administración pública les atiende para ayudarles a desenvolverse digitalmente. Se me rompe el corazón cuando veo a ancianos mendigar ayuda en los bancos o cuando piden “los papeles” en los hospitales. Está claro que con la pandemia se ha agudizado su marginación, pero también la de jóvenes que no saben realizar gestiones burocráticas online.

La tecnología es una palanca de progreso que debe ayudar a todos a avanzar y no solo a unos cuantos. La marginación de la que hablo es producto del edadismo, porque la discriminación más extendida y que todavía no está sancionada por ley tiene su origen en razones de edad. Lo que ocurrió en las residencias el año pasado es la imagen más cruda de esa marginación. Pero también persiste la visión económica y administrativa que condena a los mayores a la improductividad, lo que deriva en una gestión pública de ese colectivo casi exclusivamente asistencial. ¿Podemos continuar pensando y viviendo la vejez como lo hacíamos a finales del siglo XX, como mera clase pasiva?”.

Nuestras administraciones públicas están muy digitalizadas, pero no han evitado que la atención ciudadana se convirtiera en un calvario. Lo que falla es la interacción, sobre todo al acceder a las sedes electrónicas sin certificado digital y sin haber generado previamente claves, lo que resulta prácticamente imposible para el común de la población. Cada web es de su padre y de su madre y se generan muchas incidencias por problemas de compatibilidad con los navegadores. En suma, relacionarse con cualquier administración pública se ha convertido en un auténtico infierno para buena parte de la sociedad a la que supuestamente sirven. Urge reducir la brecha edadista y digital. Se trata de una emergencia más.

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