Colau aprovecha su visita a Nueva York para criticar a Trump: «Es la utilización del poder para causar daño»

La alcaldesa de Barcelona compara su ascenso al poder con la victoria de la sensación socialista del partido demócrata, Alexandria Ocasio-Cortez, con quien compartió escenario

Ada Colau, ayer en Nueva York EFE

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La estrella que más brilla en el partido demócrata en esta época de volatilidad política en EE.UU. es la de Alexandria Ocasio-Cortez , que electrocutó a su partido el mes pasado con una victoria inesperada en las primarias de su distrito en el Bronx para la Cámara de Representantes. Muy joven –28 años–, socialista confesa –hasta hace poco, una declaración que abortaría aquí cualquier carrera política–, latina –aunque se le atraganta el español– y con propuestas radicales –como eliminar la policía de fronteras– se impuso contra pronóstico a Joe Crawley, uno de los capos del partido demócrata en Washington.

A esa luz se arrimó este lunes Ada Colau en Nueva York, en el acto de mayor transcendencia pública en su visita a la Gran Manzana. «Fue como David contra Goliath», aseguró la alcaldesa de Barcelona sobre su victoria electoral en 2015, «me recuerda a la victoria de ahora de Alexandria ».

Lo dijo en una conversación entre ambas organizada por el Instituto de Conocimiento Público de la Universidad de Nueva York, moderada por Amy Goodman –una de las figuras más conocidas del progresismo estadounidense, desde su plataforma ‘Democracy Now’–, ante un salón de actos repleto.

«Ganamos por el divorcio entre las instituciones y la ciudadanía», aseguró Colau sobre el paralelismo que le une a Ocasio-Cortez, que dio una sensación de bisoñez ante la regidora barcelonesa, curtida en mil batallas políticas desde su época de activista contra los desahucios.

«Nuestra nación está en una crisis moral», criticó Ocasio-Cortez en referencia a uno de los asuntos candentes en EE.UU., el acoso a los inmigrantes y el escándalo de la separación de familias en la frontera. Colau fue mucho más agresiva, y disparó a todos lados, dentro y fuera de EE.UU.: «Es una crisis moral, pero también una crisis política» , le corrigió. «Es muy grave lo que está pasado en EE.UU.: es cruel, es inhumano, se está permitiendo cualquier cosa». Pero las críticas más duras las guardaba para casa: «Lo que está pasando en Europa es incluso peor que esta política de Trump», dijo en referencia a la crisis de inmigrantes en el Mediterráneo. «Eso es insoportable, nos avergüenza y nos obliga a actuar».

Colau ha visitado Nueva York para asistir a eventos paralelos a la revisión del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 de Naciones Unidas . El lunes, participó en una mesa redonda con los alcaldes de Berlín , Montreal y Montevideo para defender el papel clave de las ciudades en esos objetivos, en especial en lo que tiene que ver con la vivienda, uno de sus caballos de batalla. «La especulación es incompatible con el reto de la vivienda», aseguró antes de exigir a los poderes centrales «más recursos y más competencias» para pelear contra ella. En este sentido, el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez representa «una oportunidad y una ventana abierta» a sus ambiciones. «Sabemos que el PSOE no puede gobernar solo, necesita la complicidad de muchos de nosotros. Para mantenerla, nuestra prioridad es regular el alquiler».

Con la compañía de Ocasio-Cortez, Colau fue más punzante y calificó a los especuladores en vivienda de «depredadores de la vida humana». Mencionó a empresas como Airbnb y Uber entre quienes deterioraran las condiciones de vida en la ciudad, y arrancó el aplauso del respetable.

Quizá se debió a su paso por la mañana por la sede de la ONU, pero en este acto no le importó alejarse de la política de cercanía y meterse en el papel de estadista: habló de la pasividad de España en el Sahara Occidental, de que Europa «se debilita democráticamente» por su posición sobre Palestina, denunció la situación en Libia y acusó al Viejo Continente de ser «responsable de las guerras del Sur».

Entre preguntas de Goodman, su discurso viajó de la «femeinización de la revolución tecnológica» a la necesidad de dar voz «a la mayoría silenciada de los niños» y acabó, como no podía ser de otra manera, en Donald Trump , a quien criticó sin tibieza. Definió su presidencia como «la peor política posible, la utilización del poder para causar daño».

Ocasio-Cortez y Colau mostraron sintonía, asintieron la una a la otra y coincidieron en la necesidad de «conseguir más poder para la gente», de «reconstruir la democracia desde abajo», «sin miedo», para «salvaguardar los derechos humanos».

«Somos una anomalía del sistema», concluyó Colau.

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