Sergi Doria - Spectator in barcino

Apuntes ante el 1-O

El independentismo que manosea los conceptos «democracia«, «libertad« y «mandato democrático« volverá a imponer el relato de las «893 víctimas de la represión»

Escuchaba a Javier Gomá, filósofo mundano porque se ocupa del mundo. El “ideal”, decía en el Círculo del Liceo, es una propuesta de perfección que ilumina y dota de sentido nuestra experiencia. Toda sociedad persigue un ideal, pero cuando surge la diferencia entre ideal y realidad se ejercita la crítica. La asignatura pendiente del independentismo: ¿Quién romperá la bola de cristal de la República de pesebre con copos de nieve y la reducirá a souvenir? “No todas las interpretaciones del mundo valen igual. Las hay groseras y las hay elaboradas… Lo importante no es ser libre sino ser libres juntos con los límites de la convivencia. También la libertad precisa de instrucciones de uso”, proseguía el filósofo. Interpretación del mundo grosera. La denuncia José Enrique Ruíz-Domènec en “Informe sobre Catalunya”: El deseo de independencia “se apoya en un pilar, el principio de identidad del pueblo catalán, en el derecho a que su tierra nunca deja de pertenecerle. En el seno de estas ideas supremacistas, la autodeterminación se instaló naturalmente”.

Ser libres juntos con los límites que marca la convivencia, decía Gomá. Aplicándola al caso catalán, ratifica Ruiz-Domènec. “El orden internacional peligra cuando un pueblo esgrime un derecho que colisiona con el derecho de gentes de modo que la percepción de las cosas queda condicionada por la causa a la que presta su devota lealtad y se entrega a la realización de sus fines con una convicción lesiva para la armonía social”.

Mañana, 1 de octubre, el independentismo que manosea los conceptos “democracia”, “libertad” y “mandato democrático” volverá a imponer el relato de las “893 víctimas de la represión del Estado”. El código de los servicios sanitarios contabilizaba en esa discutible estadística a heridos, contusionados, y personas con crisis de ansiedad: este último grupo incluía a quienes les afectó presenciar las cargas in situ, pero también quienes las siguieron por televisión.

A juicio de Quim Torra, el 1-O fue una victoria. No opina lo mismo el exconsejero Santi Vila: “Nadie puede estar orgulloso de lo que pasó aquella jornada. Ni en el nombre de España, ni en la Generalitat”, comentaba en “Converses” de la Cadena COPE.

El 1-O era hijo del golpe de los días 6 y 7 de septiembre. El autor de “De héroes y traidores” confiesa que “quienes redactaron la Ley de Transitoriedad no habrían pasado del primer curso de Derecho”

Las procesiones nacionalistas comenzarán con la apropiación de la Modelo, con Ada Colau de maestra de ceremonias -¿qué opinarían los (verdaderos) presos políticos que ocuparon aquellas celdas?-; en los colegios -recién comenzado el curso- y centros cívicos se volverá a impartir la Formación del Espíritu Nacional (edición catalana) consumiendo dogmas con chocolatada. La democracia volverá a banalizarse en urnas de plástico bajo la atenta mirada de los CDR. Repasando eslóganes, nos viene a la memoria otra frase del historiador Ruiz-Domènec: “Fingir la tragedia es una comedia curativa”. El independentismo necesitaba su tragedia con mártires y la tuvo con la complicidad de unos Mossos que no precintaron colegios la vigilia y la acción compulsiva de los cuerpos policiales.

La lista compone un florilegio de cursilería (demasiados poemas de Martí i Pol, demasiados estribillos de Llach): “Ens volen enterrar però no saben que som llavors”. “Hi vam ser i hi tornarem a ser!”. “Vam votar, vam guanyar!” En Vic presentan un poemario patriótico: “Terra de sang”.

Pero no prestemos atención a quien no la merece. La atención cotiza alto. “Es lo más sagrado del ser humano: una persona cortés es una persona atenta”, apuntaba Gomá. El 1-O recupera su carácter conmemorativo. Franco hizo festiva la fecha para celebrar su “exaltación” a la Jefatura del Estado. Los GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre) se llamaron así porque atentaron ese día. Y ahora se le pone Ú d’Octubre al nomenclátor de la Catalunya neocarlista -y lo que es más grave- la plaza de la Universitat Pompeu Fabra.

En proclamas hiperbólicas, el común Jaume Asens compite en apretada pugna con Jordi Sánchez. El 1-O, proclamó, “fue el episodio de violencia institucional más grave que se ha producido nunca”. El líder de la ANC aseguraba que una cifra de heridos como la del 1-O “no existía en Europa desde la II Guerra Mundial”. A mártires no nos gana nadie. Pasado mañana, 2 de octubre, es el cincuentenario de la matanza que el gobierno mexicano perpetró contra los estudianes en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. No fue en Europa, pero esto se llama cosmopolitismo: la verdad está en el todo, aunque aquí solo compete a una parte. La verdad, siempre según Torra, es que el 47 por ciento secesionista es mayoría social… Por eso, prefirió recalentar el 1-O en Sant Andreu de la Barca que ir a la reunión con el ministro y el empresariado por el Corredor del Mediterráneo.

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