Los CDR no son Gent de Pau

Estos días, como en otras ocasiones, vemos a los radicales independentistas obstaculizar el buen funcionamiento de infraestructuras básicas como trenes, carreteras y autopistas; y en este caso dando un paso más allá y más grave, intentando bloquear todo el servicio del aeropuerto de Barcelona. Las imágenes son esperpénticas y propias de movimientos nada democráticos, son propias de movimientos radicales y autoritarios que se disfrazan de libertad y democracia cuando en realidad son todo lo contrario. Nadie discute el derecho de manifestación, es un derecho constitucional totalmente garantizado en nuestra democracia. Pero Las imágenes del aeropuerto de Barcelona y el corte de carreteras no tiene nada que ver con el derecho de manifestación; todas estas personas son cómplices de estar cometiendo un grave delito y digo delito porque así está tipificado en nuestra legislación.

Pero por desgracia, tenemos también las brutales imágenes de grupos independentistas quemando barricadas en la calle, destrozando mobiliario urbano, destrozando y quemando coches y motos, destrozando escaparates de todo tipo de establecimientos, agrediendo a ciudadanos que les reclaman que paren sus ataques, agrediendo a personas por llevar una bandera española y enfrentándose a los cuerpos y fuerzas de seguridad de forma totalmente organizada y criminal. Esto, repito, no tiene nada que ver con el derecho de manifestación y quién así se lo crea es que tiene una visión muy, pero que muy deformada de la realidad y del significado de las palabras democracia, libertad de expresión, convivencia y respeto.

Son auténticos terroristas urbanos y ante las tibias opiniones y “condenas” de los líderes independentistas, esto es lo que ahora mismo representa al independentismo catalán. Luego, a aquellas personas que sean identificadas o arrestadas por estos hechos, se quejarán de la pena que un juez les pueda dictar. Que no se quejen luego, han actuado mucho peor que la “Kaleborroka” en su momento más álgido en el País Vasco. Cuando sean arrestados y tengan sus penas, y espero que sea pronto, a mi no me van a dar ninguna pena. Siento vergüenza y pena al ver estas imágenes en mi ciudad, Barcelona; de ver estas imágenes en mi tierra, Cataluña. Y vergonzosa y en mayúsculas es la actitud del presidente de la Generalitat Quim Torra que no ha parado de alentar a los CDR para que saliesen a la calle y a tardado más de más de 48 horas de en hacer un amago de condena de la violencia, siempre con reparos y con la excusa de “inflitrados”. ¿Infiltrados de quién? ¿De dónde? Si dice que son “inflitrados” tiene que decir de dónde y quiénes son. Sr. Torra, son los mismos que han estado con usted en todas las manifestaciones. Torra es en una gran parte, el culpable de lo que ha pasado estos días. Torra les dio alas y les dejo volar. Y para colmo, tenemos todo un “president” que es cómplice de ir cortando carreteras que, como decía, podría ser una acción delictiva. Tenemos un presidente de la Generalitat propio de un nivel de una república bananera.

Lo peor es que en menor medida esto lleva tiempo pasando en Cataluña. Nos engañaban con eso de “gent de pau” y la “revolució dels somriures”. Cuando el 1 de Octubre, los dirigentes independentistas, engañan a miles de personas de buena fe a que se amotinen en las puertas de los colegios para impedir a la policía que haga su trabajo, fue un primer paso para deformar la visión de la realidad de muchas personas. La resistencia a la autoridad nunca es pacífica, es resistencia y por lo tanto enfrentamiento a la autoridad. A partir de ahí, todo ha ido degenerando hasta lo que vivimos ahora en nuestras calles; cuando la resistencia a un policía se ve como algo normal, es que la situación es totalmente anormal y acaba con lo que ha pasado este mes de octubre. Los CDR no son “gent de pau”, son un movimiento violento y agresivo; que no nos mientan más, que no te engañen más.