Los relieves robados vuelven a Burgos
El Museo de la ciudad acoge dos sillares visigodos sustraídos de la ermita de Quintanilla de las Viñas hace 15 años
Hace quince años fueron robados dos sillares de la ermita de Quintanilla de las Viñas . Forman parte de un conjunto visigótico casi único en España. Su recuperación ha sido casi tan curiosa como la desaparición: un investigador holandés los encontró en el jardín de una casa en Londres . Su propietario los había comprado sin saber de su procedencia ilícita. Desde ayer están depositados en el Museo de Burgos , donde se encuentran otros trece elementos de la ermita que fueron también depositados tras el robo para evitar nuevos expolios.
Las dos piezas, cada una de unos cincuenta kilos de peso, se unirán a otras trece de la misma ermita. Los dos sillares datados entre los siglos VII y IX presentan dos relieves que representan a evangelistas, aunque en ninguno de los dos casos se han podido identificar con precisión. Sin embargo, antes serán sometidos a un tratamiento contra la humedad , que les ha debilitado durante su «viaje a Londres».
Las dos piezas, que fueron trasladadas desde la embajada española en Londres, donde se depositaron tras su localización, han sido trasladadas a España en un avión de la Guardia Civil fletado especialmente para esta operación, con el objetivo de garantizar su conservación y seguridad. Llegaron al Museo de Burgos en unas cajas especialmente diseñadas para evitar daños durante el traslado. De hecho, el acto previsto para la recepción se tuvo que retrasar media hora para poder desembalar los sillares.
Fuentes de la Guardia Civil explicaron que estos sillares son propiedad de la Administración General del Estado, dado que la Ley de Patrimonio Histórico Español establece esta medida para todos los bienes que sean objeto de exportación ilegal, como ocurrió en este caso. De hecho, en este momento continua abierta la investigación para tratar de aclarar quién, cuándo y cómo sacó estas piezas de España.
Estado «aceptable»
Las piezas, según apuntaron tienen una alta contaminación biológica , según aseguró la restauradora del Museo, Adelaida Rodríguez, pero añadió que su estado de conservación es «aceptable» , por lo que podrán ser recuperadas. Rodríguez explicó además que las piezas venían «empapadas de agua», y «han estado mucho tiempo a la intemperie», por lo que en primer lugar se esperará a que se sequen, para poder ver exactamente los tonos de las piezas y «si han sufrido un daño mayor», agregó.
Posteriormente, se realizará un «tratamiento de eliminación de la contaminación biológica», y se prestará «especial importancia» a que no vuelvan a estar después en un ambiente que pueda volver a contaminar las piezas
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