Los príncipes herederos de Dinamarca, de vinos por la Ribera del Duero
Almorzaron en un restaurante de Peñafiel en compañía del bodeguero ribereño Peter Sisseck, compatriota de la pareja de soberanos
Los príncipes herederos del trono de Dinamarca, Federico y Mary Elizabeth Donaldson, han pasado este fin de semana en Peñafiel, la localidad vallisoletana ubicada en plena Ribera del Duero, en compañía del prestigioso bodeguero ribereño Peter Sisseck, propietario de la boedega Pingus -en la localidad cercana de Quintanilla de Onésimo- y además, compatriota de los sucesores al trono danés.
La estancia en el municipio vallisoletano de los herederos de esta corona europea hubiera pasado desapercibida de no ser por un comensal que coincidió en el mismo restaurante en el que los príncipes almorzaban, el Asador Mauro, según detalla El Norte de Castilla. El establecimiento es uno de los más famosos de la localidad y tiene el lechazo asado como especialidad.
Peter Sisseck, quizá el enólogo más famoso de España, lleva más de 30 años asentado en Castilla y León, y su bodega, Pingus, produce alrededor de 6.000 botellas al año. Cosecha tras cosecha, sus caldos reciben las mejores críticas y puntuaciones de los prescriptores internacionales más influyentes del sector del vino. Dice que su clave es la rigurosa selección en el campo de las uvas, así como su elaboración casi artesana. Un buen hacer del que seguro han disfrutado el príncipe de Dinamarca (conde de Monpezat) y su esposa, que habrán aprovechado a recorrer los bellos parajes de los viñedos, a pocos días de que la campaña de recogida de la uva esté en pleno apogeo.
