Pequeñas obras con gran rentabilidad

Ulibarri y su socio mediaban para lograr contratos menores y evitar que salieran a concurso público

Pista de skate de Astorga, una de las obras cuestionadas ABC

I.JIMENO

«Pequeñas obras, pero con una gran rentabilidad». Era la filosofía y la forma de actuar de los empresarios José Luis Ulibarri y su socio Ángel Luis García -alias «El Patatero»-, encarcelados por su presunta implicación en el caso Enredadera para el amaño de adjudicaciones de semáforos y radares por toda España, y sobre los que pesa también la investigación por las «irregulares» adjudicaciones conseguidas y pretendidas de ayuntamientos, mancomunidades y Diputación de León, el feudo en el que ambos parecían moverse como peces en el agua. Hasta que por la boca muere el pez. Y las conversaciones interceptadas a lo largo de más de un año han permitido sacar a la luz el ilícito proceder de ambos empresarios. Lo hacían de la mano de alcaldes y concejales de distinto signo político -en el sumario el fiscal apunta directamente a cargos de PP, PSOE y Ciudadanos-, así como funcionarios y técnicos municipales, sobre los que ejercían su influencia y poder mediático -poseen diversos medios de comunicación- para conseguir esos contratos, que llegaban a adaptar a su conveniencia para lograrlos.

«Pequeñas» adjudicaciones, como reconoce el propio Ángel Luis García en diversas conversaciones que obran en el sumario del caso, pero que les permiten «trabajo todo el año» y «no salen del ayuntamiento». «No hace falta hacer grandes obras», reconoce sin tapujo, a la vez que ponen todo su empeño en el fraccionamiento de las mismas, de modo que no superen los 200.000 euros, eviten los procedimientos abiertos y se garanticen de antemano adjudicaciones muchas veces diseñadas a su medida.

Sin publicidad

Es el caso, por ejemplo, de la pista de skate de Astorga (León), en torno a la cual se producen conversaciones que desde el juzgado de Badalona (Barcelona) en el que se inició la investigación de Enredadera -antes de inhibir a León la pieza separada- se consideran de «gran relevancia para la investigación». «Lo importante es que está todo ordenado y que Maura -aparejadora municipal- va a poner en los pliegos que se haya hecho al menos una», comenta «El Patatero» tras haber logrado que en el pliego de condiciones para concurrir a esa oferta se rebaje de dos a una la experiencia en la construcción de instalaciones de ese tipo y, de ese modo, poder presentarse, pues ya habían hecho una en Vegellina por 180.000 euros. Ésta, de 84.000 es una de las numerosas obras señaladas en el sumario en Astorga, donde también se muestran convencidos de lograr obras en la biblioteca, y se afanan en tratar con el alcalde y diversos concejales para que dividan otros proyectos más grandes como unas pistas de paddle, una piscina climatizada o un edificio de servicios sociales «para hacer un contrato negociado sin publicidad». «A ver cómo lo hacemos, que aquí hay mucha pasta», señala «El Patatero».

El contrato de recogida de basuras en la Mancomunidad Alto Órbigo, unas gradas en León, la cubierta de una piscina en la capital leonesa, pequeñas obras de la juntas vecinales, otras de los ayuntamientos con dinero de la Diputación son otros de los contratos en los que el sumario señala a Ulibarri y su socio como principales investigados por diversos delitos. En algún caso, llegan a reconocer que se lo «dan todo hecho», que ellos «cogen su porcentaje de obras, su margen», por lo que «ahora» que tienen posibilidades de «entrar» en obras más grandes se están «planteando no entrar porque les va bien como está ahora».

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