Matrimonio castellano de piedad con ecos del ‘quattrocento’

El Museo Campos del Renacimiento propone un recorrido artístico que se alía con el patrimonio religioso de cuatro municipios palentinos

Detalle del artesonado de la iglesia de Santa María en la sede de Becerril de Campos (Palencia) ICAL

Clara Rodríguez Miguélez

Pocas obras (si no ninguna) fueron creadas para exhibirse en un museo. Unas cuantas pinceladas respondieron al ego de según qué nobles, y alguna figura arañó escaso reconocimiento porque venía esculpida por manos de mujer. Pero, sobre todo, muchos grandes trabajos se financiaron con una iglesia como destino. A lo largo de los siglos, pintores o escultores recibieron el encargo de elevar la piedad de los fieles, supieran éstos leer o no. Con el tiempo, esas mismas piezas, fueran Vírgenes de rostro dulce o crucifijos repujados en plata, desarrollaron un valor no sólo piadoso, sino artístico. Ahora el Museo Campos del Renacimiento, en Palencia, se ha hecho a medida para recuperar un legado con una importante carga renacentista: el objetivo es sellar ambas vertientes, cultural y religiosa, y hacer brillar a las obras custodiadas con luz propia. ¿El lugar? Sus respectivas iglesias-museo, en el corazón de Tierra de Campos.

La unión patrimonial engloba cinco enclaves en Becerril de Campos, Paredes de Nava, Fuentes de Nava y Cisneros (este último por partida doble). La zona terracampina contó con históricos vecinos artistas, como la familia Berruguete, de modo que atesora sorprendentes piezas desde hace años. Sin embargo, la inauguración del museo ha concedido al recorrido un carácter homogéneo, a pesar de concesiones al románico o al barroco en algunas piezas. No sólo selecciona una cantidad ingente de reliquias, sarcófagos y tallas que por época provienen de escuelas y autores castellanos del siglo XV o XVI, influenciados por el ‘quattrocento’ o el ‘cinquecento’ italianos, sino que su exposición hace gala de un fuerte sello personal - no exento de guiños y materiales mudéjares- y le ha dotado de varias remodelaciones y cambios, según las necesidades de cada sede.

Restauraciones y tallas originales

Para la ocasión se ha restaurado, por ejemplo, el crucero del artesonado de Fuentes de Nava, una intervención que destaca las figuras de Alejo de Vahía , remates para una imponente techumbre que domina desde lo alto toda la composición de la iglesia de Santa María y es el punto fuerte de la parada. El visitante también podrá aprender allí cómo se componían esta clase de cielos mudéjares, fabricados primeros a partir de una geometría a base de carpintería «blanca» de pinos y abetos.

La iglesia de San Facundo y San Primitivo (Cisneros) acompaña a la recién mencionada de sus hermanas con un centro de interpretación de las techumbres mudéjares, amparado por su espectacular ejemplo. Y es que la visita se reparte en este municipio entre este templo y la parroquia de San Pedro, que se apoya en la condición del lugar como origen del linaje del cardenal Cisneros, y así se articula a través de sepulcros de piedra. En el centro, se presenta un posible antepasado del siglo XIII, pero también se pueden contemplar un Nazareno cargando con la Cruz, una Virgen con niño de Juan de Valmaseda (principios del s. XVI) o las puertas de nogal originales del templo, confeccionadas por Francisco Giralte .

Retablo del altar mayor con pinturas de Pedro Berruguete en la iglesia de Santa Eulalia en Paredes de Nava ICAL

En Paredes de Nava se suma al gran museo la encantadora Santa Eulalia: a partir de su torre románica, del siglo XII , se añadió en el siglo XVI una completa ampliación de toda la iglesia, que ahora se sirve de su escalera de caracol para organizar el vistazo . Cuenta la historia que junto al relicario de la santa que da nombre al sitio muestra una costilla del mismo apóstol Santiago, pero no defraudan ni el retablo mayor, con óleos de Berruguete, ni una importante colección de casullas. Tampoco tallas de bulto redondo menores o anónimas, como la del patrón de la villa, San Sebastián, representado durante su martirio, asaeteado, doliente, humano.

Mientras, la otra Santa María que aglutina el museo territorial -un templo de grandes proporciones enclavado en Becerril de Campos- ya había sido consagrada como museo sacro en 1973, pero ha redefinido sus líneas para Campos del Renacimiento: con una original distribución de naves, una personalísima atmósfera y gran protagonismo de los colores rojo y dorado, alberga una Piedad de Juan de Juni (dedica gran parte de la sede a la Virgen) arropada con tablas de Berruguete , alguna que otra columna salomónica o unos evangelistas de Alejo de Vahía.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación