Julio López - Pienso, luego existo

¡Maldita tasa de paro!

«Castilla y León fue la cuarta región española donde menos creció el empleo entre 2002 y 2018»

ICAL

La Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al primer trimestre de 2019 se publica hoy jueves, 25 de abril. La realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre una muestra de 180.000 personas, y nos da información sobre la relación de la población de 16 o más años con el mercado laboral: inactivos (no quieren trabajar) o activos (sí quieren), y dentro de éstos, ocupados (sí tienen empleo) o parados (no lo tienen). La EPA clasifica la información por comunidades autónomas, por provincias, por sexos, por edades, por nivel de formación, por tipo de contrato, por… por… por… y elabora decenas de ratios y tasas (actividad, inactividad, empleo, temporalidad…). Miles y miles de datos proporcionados de los que sólo parece importar uno: la tasa de paro.

Sí, probablemente el lector habrá desayunado con la noticia de que, según la EPA, la tasa de paro en España, o en Castilla y León, o donde sea, ha subido (o bajado); que está por encima (o por debajo) de la media. Y habrá escuchado la valoración de políticos, patronal y sindicatos… que si la tasa de paro “parriba”, que si la tasa de paro “pabajo”, además de incorporar algún matiz a su discurso que justifique el mensaje positivo o negativo que se quiera dar, pero siempre en torno al dato de la tasa de paro.

Pero hay un problema. La tasa de paro es un indicador muy simple, resultado dedividir el número de parados entre el de activos, pero de una interpretación compleja. ¿Por qué? Muy sencillo. Supongamos que hoy la EPA dice que la tasa de paro ha disminuido en Castilla y León. Seguro que el lector pensará que es una buena noticia. Y yo le diré que depende. Porque la tasa de paro puede reducirse si aumenta el número de personas ocupadas, lo cual es bueno, pero también si se va población a otras regiones, o si personas activas pasan a ser inactivas (por ejemplo, trabajadores que se jubilan, o parados que se desaniman y dejan de buscar empleo), lo cual, obviamente, es malo.

Un ejemplo: economía con una casa en la que vive una familia, en la que ambos padres trabajan, pero tienen a sus tres hijos en paro. La tasa de paro en esta casa, ratio entre el número de parados y el de activos, es del 60% (3/5). Si el hijo mayor se fuera de casa a buscarse la vida, habría dos parados y cuatro activos,con lo que la tasa de paro bajaría al 50% (2/4). ¿Y si ahora uno de los progenitores se jubilase, se fuera a una residencia, y su trabajo lo ocupase el hijo pequeño? En la casa habría un parado y tres activos, con lo que la tasa de paro bajaría al 33% (1/3). Es decir, la tasa de paro habría caído del 60% al 33% sin haberse creado un sólo empleo a mayores.

Por eso le voy a pedir al lector que saque su propia conclusión. Según la EPA, entre 2002 y 2018 Castilla y León fue la cuarta región de España donde menos creció el empleo (sólo el 6%), de forma que de cada 100 empleos creados en España en este período, sólo 2 correspondieron a nuestra Comunidad. Y sin embargo, Castilla y León cerró 2018 con una tasa de paro del 11,2%, muy por debajo del 14,4% de España ¿Cómo es posible? Seguro que sabe la respuesta ¡Maldita tasa de paro! ¡Cómo nos engaña!

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