Lobos en misa como símbolo y en busca del equilibrio
El Colegio de Veterinarios de Valladolid lleva a varios animales a la iglesia con motivo de la celebración de su patrón para pedir concordia entre una ganadería sostenible y la protección del depredador
Los jóvenes lobos tiemblan o gimotean un poco antes de entrar en la iglesia, y eso que ya no son lobeznos. Viven en cautividad y tienen algo de herencia perruna en sus venas. Pero también un hocico y unos ojos diferentes, y allí hay muchos humanos. Con el ruido y el movimiento, todos sus instintos gritan ‘huye’. Sin embargo, su criador, Javier Álvarez, les calma con paciencia, y allí se quedan, ejemplares y sosegados, sin emitir ni un aullido. Al final, feligreses y curiosos se acercan para verlos, acariciarlos o discutir cuánto de lobo hay realmente en Sira, Uro y Free. Con su madre, una pastor alemán que se llama Loba, y un par de palomas blancas (Startover y Fénix), son los símbolos de la jornada. El 4 de octubre, se celebra San Francisco de Asís, patrón de los veterinarios , y por ello el colegio profesional de Valladolid aprovechó la misa del domingo en la parroquia de la Inmaculada para pedir por la consecucción del «equilibrio» entre el cuidado de la especie y el de la ganadería.
«Este año queríamos ejemplarizar la necesidad de esa convivencia entre la ganadería extensiva y el lobo», explica el presidente del Colegio de Veterinarios de Valladolid, Rufino Álamo . Por un lado, existe un depredador que «no ataca por lujo, ataca por comer»; por otro, un sistema ganadero «eficiente», sostenible, que previene incendios y que produce una «carne sin comparación». Así que hace falta una mirada cuidadosa con la biodiversidad. «En un medio tan intervenido por la actividad humana hay que establecer medidas correctoras», sostiene el representante de los veterinarios. «La ciencia dice que el medio se autorregula, pero no tenemos un medio natural equilibrado», alerta.
Este año faltará el gran reencuentro de los colegiados. El Covid aún acecha. «Habitualmente recordamos a nuestros fallecidos de ese año y traemos animales tanto silvestres como domésticos a esta misa», explica Álamo. Pero no siempre la herida que tocan esta vez ha estado tan abierta, ya que en los últimos días se ha aprobado una orden ministerial que prohíbe la caza del lobo en todo el territorio español . Esto ha desatado el descontento de ganaderos y administraciones autonómicas al norte del Duero, ya que, hasta ahora, capturar, matar o controlar la cantidad de manadas y ejemplares en la zona era su única garantía correctora para evitar que los cánidos diezmasen rebaños y establos.
Por eso, los veterinarios piden concordia y que aunque «no sea fácil» se encauce la situación con ciencia: cada lugar necesita un «diagnóstico específico» con actuaciones y ayudas en tiempo y forma. En España hay unas 300 manadas en expansión, cifra el colegio en un comunicado, con unos 2.000 ejemplares. «Hay lugares en los que se ha convivido con el lobo, como la sierra de la Culebra, cuyas lecciones podrían extenderse a otras zonas», sugiere Rufino Álamo. Asegura que algunos sitios en Ávila sufren tres ataques diarios.
El lobo feroz de Gubbio
Precisamente para abordar este tema tienen los veterinarios como modelo –más si cabe– a su patrón, San Francisco de Asís, pues dicen las historias que fue capaz de amansar al voraz animal que rondaba al pueblecito italiano de Gubbio. Las gentes de la aldea habrían comenzado así a alimentar al «hermano lobo», domesticado gracias a la intervención del padre de los franciscanos , que hizo un pacto con él. Este domingo, al mediodía, en el templo, se pidió tanto por «todas las personas que trabajan en el campo» como por ese «hermano lobo». Y aunque parezca utópico, al ver a los lobos criados en un núcleo zoológico de Mojados, el símbolo parece un poco más cerca del equilibrio entre especies.
