Masiva manifestación por el futuro de León con la reivindicación autonomista de fondo

Cerca de 60.000 personas de Ponferrada, Villablino y la capital pidieron oportunidades para un territorio «que se muere»

En la capital se reclamó la «Región Leonesa, una demanda que no se dio en los otros dos municipios donde hubo concentaciones

Imagen de la manifestación en León Efe

R. ÁLVAREZ / DIEGO L. GONZÁLEZ

Más de 50.000 personas, según fuentes de la Subdelegación del Gobierno, que la organización elevó a 80.000 , se manifestaron ayer en León, Ponferrada y Villablino para reclamar un futuro oportunidades y un futuro en una provincia que consideran «muerta y en caída libre». Los manifestantes exigieron planes de reindustrialización, empleo e infraestructuras y sólo en la capital leonesa se reivindicó también la autonomía para León, al margen de la comunidad castellano y leonesa actual.

Precisamente, en esta ciudad más de 35.000 personas -según los datos de la Subdelegación del Gobierno y la Policía Local- clamaron por su futuro. Una gran pancarta en la que se podía leer «El momento de León. Soluciones ya. Empleo. Infraestructuras. Reindustrialización» abrió la manifestación, que estuvo precedida por una caravana compuesta por 27 taxistas en sus vehículos y cerrada por 53 agricultores en sus tractores en representación del campo leonés.

En el cuerpo de la protesta destacaron las banderas de León, las pancartas y los cánticos y, entre ellos, tuvieron especial protagonismo los relacionados con la autonomía de León. La palabra «Lexit» pudo leerse en diferentes carteles, algunos de grandes dimensiones, así como eslóganes como «qué maravilla, León sin Castilla» o «Salamanca, León, Zamora; Lexit, coño, que ya es hora». No obstante, también hubo espacio para las quejas por el declive económico y geográfico que vive la provincia, principal objetivo de la marcha. Así, se ondearon lemas como «por el mantenimiento de nuestros pueblos y el desarrollo rural», otros que reclamaron pensiones dignas, una sanidad de calidad o una mayor atención al campo, mientras que el «Himno a León», el «Santa Bárbara» minero o el popular «Viva la montaña, viva» fueron los temas que más voces reunieron entonando sus letras.

En la plaza de San Marcelo, final de la protesta , los sindicatos CC.OO. y UGT -organizadores de esta cita- se dirigieron a los participantes. Sus palabras reunieron aplausos, pero también provocaron una sonora pitada. Se produjo durante la intervención del máximo responsable de UGT a nivel nacional, Pepe Álvarez, tras una mención a Castilla a la que los leoneses respondieron al grito de «Autonomía, País Leonés», Además del líder nacional de UGT, a la cita también acudió su homólogo de CC.OO, Unai Sordo, los representantes de ambos sindicatos a nivel autonómico y, por supuesto, a nivel provincial. Todos ellos defendieron los motivos que justifican esta gran manifestación -una de las de mayores dimensiones que se recuerdan en la provincia en los últimos años- y que contó con el respaldo de políticos, representantes de instituciones, asociaciones y de diversos colectivos.

«Llueve sobre mojado. Hace mucho tiempo que León llama a la necesidad de que se tomen políticas específicas que acaben con la destrucción de empleo y de comarcas completas y, francamente, lo poco que se ha hecho hasta ahora ha sido con muy poco éxito», lamentó Pepe Álvarez. Mientras, Unai Sordo llamó a hacer una «política que cohesione y cosa el país» y rompa con las «desigualdades». La manifestación se celebró como paso previo a la reunión, prevista el 3 de marzo, para sentar las bases de la denominada Mesa por el futuro de León.

El Bierzo, con voz propia

En Ponferrada, reivindicación leonesista apenas tuvo eco en la manifestación, donde la UPL desplegó una pancarta que rezaba «Por un Bierzo con voz propia. Autonomía Región Leonesa». Unos metros por delante, y ajena a la demanda partidista, otra pareja exhibía otro rótulo de tamaño más pequeño, en el que se abogada por la creación de una provincia berciana dentro de una futura comunidad f ormada por León, Zamora y Salamanca . En contraste y por encima de ese sentimiento, lucieron como nunca las banderas del Bierzo, azules y blancas con la Cruz de San Andrés, que ondeaban junto a las enseñas de los sindicatos. Completaban ese ambiente, decenas de manifestantes que exhibían pancartas de la Sociedad Deportiva Ponferradina, equipo de fútbol decano de Castilla y León, que milita en la Segunda División, y cuyo presidente, junta directiva y entrenador se unieron a la movilización, horas antes del partido que jugaron contra el Extremadura. El presidente deportivista, José Fernández Nieto, animó a los bercianos a mantener ese espíritu de unidad frente a las dificultades, similar al de los futbolistas en el terreno de juego y apostilló que «igual tendríamos que haber salido antes».

La marcha de Ponferrada congregó a unas veinte mil personas y concluyó con la lectura d e un manifiesto, a tres voces, con representantes de la sociedad civil y el mensaje de que el «Bierzo no se muere» y luchará por un porvenir digno, con empleo, inversiones y población. La comarca sufre especialmente los efectos de la crisis, a consecuencia del cierre precipitado de minas de carbón y centrales térmicas, que ha provocado la pérdida de más de tres mil empleos, según calculan los sindicatos, sin alternativas. Y ello, unido a la pérdida de la pujante industria que hizo del Bierzo un «motor de la economía» de la provincia y de Castilla y León. Por eso, se pide «que devuelvan al Bierzo parte de lo mucho que aportó», según explicaba el presidente comarcal del PP, Raúl Valcarce, con un plan específico de reindustrialización e inversiones en comunicaciones.

Mientras, el presidente del Consejo Comarcal del Bierzo, Gerardo Álvarez Courel (PSOE), destacó que la respuesta ciudadana debe servir para demostrar a las administraciones «que el Bierzo existe, como Teruel, que no queremos desaparecer ni hundirnos, y que es necesario invertir para crear empleo alternativo». Niños y abuelos caminaron juntos, en una manifestación que encabezaba un grupo de jóvenes con sus maletas. Representaban a los muchos bercianos que se han tenido que ir, en busca de futuro. El Bierzo ha perdido unos doce mil habitantes en la última década. Y esa despoblación se ha sentido muy notablemente en los municipios carboneros, donde se han cerrado las minas. El más afectado, Villablino, que ha dicho adiós a unos cuatro mil habitantes, en el último cuarto de siglo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación