La luz dorada que cautiva la ciudad

La Plaza Mayor de Salamanca luce su nueva iluminación y pone en relevancia la importancia de la luz en el patrimonio artístico y cultural

Nueva iluminación de la Plaza Mayot ICAL

ABC

Salamanca es luz dorada. Por el día, la piedra de Villamayor aporta a la ciudad una cálida estética uniforme por la que perderse entre sus calles del casco histórico. Pero, cuando torna la noche, la ciudad toma ese color que tanto la caracteriza. Una tonalidad en la que lucen por igual sus principales monumentos, ensimismando tanto a turistas como ciudadanos, quienes ya no conciben la capital charra de otra manera. Es por ello que pasear durante los últimos meses por la Plaza Mayor se ha convertido en una experiencia extraña, y las preguntas rondaban entre los transeúntes al asomarse al ágora salmantina y ver la ausencia de luz entre su piedra dorada.

El cambio de iluminación de la Plaza Mayor ha provocado que, desde febrero y hasta mediados de este mes de abril, la obra arquitectónica de Alberto Churriguera pasara las noches sin luz. Este vacío ha ayudado a remarcar la importancia de la iluminación en el patrimonio cultural, que dota a edificios y monumentos de una característica fundamental y pasa a formar parte de un todo en su conjunto.

«Cuando ya no hay luces o no se iluminan los edificios, la percepción ciudadana es como que te falta algo. Esa fue la sensación esos días, porque la iluminación está dentro del imaginario colectivo y corresponde a ese edificio», señala el director del máser universitario en Evaluación y Gestión del Patrimonio Cultural de la Universidad de Salamanca, Luis Alfonso Hortelano, a la vez que indica que «esa oscuridad no ayudaba a comprender la majestuosidad de la plaza».

La Plaza Mayor ya luce su nueva iluminación artística, compuesta por 1.155 aparatos de alumbrado led, y que han supuesto una inversión por parte del Consistorio salmantino de 474.000 euros. El cambio de luminarias vino motivado debido a la obsolescencia, ya que, según explica la jefa de sección de alumbrado del Ayuntamiento, Raquel Herrero, la fuente de luz de los proyectores era de lámparas alógenas, que se dejaron de fabricar en septiembre de 2018 por normativas europeas debido a su consumo.

La reforma únicamente ha comprendido el cambio de tecnología de las luminarias, que conlleva un ahorro de un tercio del consumo energético, mientras que se ha mantenido el diseño de la iluminación, con pequeñas mejoras como la del Pabellón Real. En él se encuentra una espadaña con la figura del rey Fernando III el Santo, según Raquel Herrero, «los detalles se han mejorado, porque antes estaban iluminando a distancia desde las cubiertas del Ayuntamiento y ahora se han incorporado en la fachada los aparatos, dando una iluminación rasante que destaca más los relieves».

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