Los farmacéuticos de Castilla y León han realizado un estudio sobre el uso de medicamentos
Los farmacéuticos de Castilla y León han realizado un estudio sobre el uso de medicamentos - ICAL
Sanidad

Detectan más consumo de medicinas de las pautadas en pacientes crónicos

La extensión de la receta electrónica y el blíster personalizado con las pastillas permiten a los boticarios realizar un estudio sobre el uso de los fármacos

Valladolid Actualizado: Guardar
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«Nosotros esperábamos que el problema se focalizara, sobre todo, en una falta de adherencia, es decir, gente que toma menos medicación de la que precisa, pero estamos observando muchos casos de un consumo de medicamentos por encima de lo pautado», señala el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Valladolid, Carlos Treceño, al frente del proyecto «Dioscórides», mediante el cual quieren medir los resultados en pacientes del uso del sistema personalizado de dosificación –conocido entre ellos como SPD–. Se trata de un servicio que las farmacias brindan –previo pago– a usuarios mayores, crónicos y polimedicados a través de un blíster con las dosis de fármacos que necesitan, generalmente a la semana, con el fin de mejorar la adherencia terapéutica.

Aunque el Consejo de Colegio de Farmacéuticos no tendrá los resultados detallados hasta el mes de septiembre, los profesionales sí que han percibido ya «muchos casos» en los que el paciente toma más medicación de la que precisa.

«Lo que hicimos fue una evaluación del usuario antes del estudio, una posterior y otra entre medias para ver lo que consumía durante el estudio y lo que debía consumir en función de la posología».

Acudirán a la Administración

El proyecto, donde se ha evaluado durante un año a 95 personas –en principio fueron 120, aunque hubo pérdidas durante el estudio–, se focalizó en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 e hipertensión «para, además de evaluar la adherencia y posibles ahorros en costes directos de la implantación del SPD, analizar otros parámetros clínicos básicos como la presión arterial y la evolución de la glucemia en ayunas». Para Carlos Treceño, los primeros resultados extraídos confirman que un «adecuado control» con un SPD en esos pacientes incidiría «no sólo en una reducción de problemas de salud como consecuencia de un buen uso de los medicamentos, sino también en un ahorro de costes directos por su utilización adecuada». Esto, que han visto a través de su investigación, también lo han percibido durante las primeras semanas de la receta electrónica, señala Treceño. «Muchos pacientes nos informan de que se les ha terminado el tratamiento antes de que su fecha de dispensación vuelva a abrirse, con lo cual volvemos a encontrar en estos casos un problema de adherencia porque toma de más o desecha o pierde parte de la medicación», apunta.

Una vez que tengan los resultados detallados del proyecto, el objetivo del Consejo es acudir con ellos a la administración para estudiar la posibilidad de establecer con ellos un convenio de colaboración, tal y como tienen autonomías como el País Vasco, donde una serie de farmacias participan, junto a los centros de salud, en el seguimiento farmacoterapéutico de determinados pacientes que entre otras cosas implica la realización de un blíster semanal copagado por el Gobierno autonómico. Y es que la principal razón que echa para atrás a los pacientes a la hora de recurrir al SPD es el coste del servicio, que aunque no pueden imponer desde el Consejo, suele rondar los 20 euros por paciente y blíster al mes.

Para Treceño, sólo con el ahorro en medicación que supone el uso de este sistema, la Administración tendría cubierto lo que cuesta, «luego estarían los costes indirectos derivados de una menor incidencia de los problemas de salud. Hace cuatro años, cuando se puso en marcha este servicio, un total de 826 lo ofertaban. A fecha de hoy, han realizado cursos de formación para ofrecer el sistema personalizado de dosificación un total de 1.005 boticas y 1.667 farmacéuticos, según datos de Pedro Useros, responsable del proyecto, quien insiste en la idea de su compañero: «El problema del uso no adecuado es serio. Se están dilapidando recursos sanitarios que son escasos». Y para muestra ofrece los siguientes datos:«El incumplimiento terapéutico se fija en un 40% de media. Es decir, casi la mitad de la gente que toma medicación no lo hace correctamente».

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