Cinco mitos sobre los lácteos y sus «muchos beneficios» que deberías saber

En los últimos años, el consumo de leche en España se ha reducido un 15% debido, dicen los expertos, a «temores injustificados» y «tópicos» sin fundamento

H. D.

En los últimos años, el consumo de leche en España ha disminuido un 15 por ciento. Además, un 70 por ciento de la población, fundamentalmente adolescentes y adultos, no cumplen las ingestas recomendadas de calcio al día. Detras de estos datos están «temores injustificados» y «tópicos sin fundamento» sobre sobre el consumo de lácteos, señala la catedrática de Nutrición de la Universidad Complutense, Rosa María Ortega, que este martes ha impartido en el Museo de la Ciencia de Valladolid la conferencia «Mitos sobre los lácteos» organizada por la Organización Interprofesional Láctea, la Fundación Iberoamericana de Nutrición y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología en el marco del programa europeo «Sí al menos a 3 lácteos al día».

Dice esta experta que son «muchas» las falsedades que han proliferado en la última década sobre el consumo de leche y sus derivados, entre ellas que «no es natural que el ser humano sea el único mamífero que toma lacteos en su etapa adulta», algo que no acierta a comprender teniendo en cuenta que «no hay razón para condenar algo porque lo hacen o no otros mamíferos, ¿o es que acaso pueden estudiar una carrera, viajar al espacio o cultivar?», se pregunta irónicamente. A lo largo de su charla, la nutricionista fue desmontando uno por uno los mitos que le han llegado.

1) La leche no tiene un «contenido alto» de grasa

«La leche tiene un 3,5 por ciento de grasa; esto no supone un contenido alto», apunta al respecto, y además de recordar que existen también productos desnatados y semidesnatados, «existen estudios que demuestran lo contrario», es decir, que quienes toman lácteos tienen una dieta más correcta y mejor control del peso. «Los estudios ponen de relieve que no se producen aumentos de peso al aumentar el consumo de lácteos, incluso algunos encuentran beneficios en la pérdida de grasa, cuando se siguen dietas hipocalóricas, si se aumenta el consumo de lácteos hasta el aporte aconsejado».

2) Bebidas vegetales, buenas pero no sustitutivas

«No tienen nada de malo, pero son bebidas vegetales, no se las puede denominar leche de almendra, leche de soja... No son lácteos y nunca los sustituirán», señala la experta, quien insiste en que aunque son «valiosos» «no aportan los mismos nutrientes que la leche» y no debens er contabilizados entre las raciones de lácteos que se deben tomar cada día para tener una alimentación correcta.

Recuerda también al respecto que los lácteos aportan desde el punto de vista nutricional una serie de nutrientes, proteínas de alta calidad, vitaminas -fundamentalmente B2- y minerales -calcio principalmente- que no se encontrarán en otro tipo de productos, y que son «muy beneficiosos» sobre todo «en una sociedad en la que por lo general se intentan consumir pocas calorías y suele tener problemas de peso como consecuencia de su sedentarismo».

3) Lácteos enriquecidos, sí, pero con información

En este sentido, considera «interesante» los lácteos enriquecidos en Omega 3, calcio, vitamina D... que se pueden encontrar actualmente en los lineales de los supermercados, aunque considera que «falta información o el asesoramiento de un experto» para que el consumidor sepa cuál es la alternativa que más le conviene.

4) ¿Mejor un yogur, un vaso de leche o un trozo de queso?

«Un consumo adecuado para la población podría consistir en tomar, cada día, un vaso de leche grande (de entre 200 y 250 mililitros al menos), dos yogures y una porción de queso que puede varias, en función del tipo, entre 30 y 60 gramos», explica esta catedrática de Nutrición, quien destaca que la recomendación es «diversificar para cubrir las ingestas sugeridas, por ejemplo de calcio» y advierte que «no se puede considerar tomar un vaso de leche a manchar con una gota un café cortado».

«A veces se piensa que se puede sustituir el calcio de la leche por otros alimentos y es bastante difícil», apunta Rosa María Ortega, y pone como ejemplo: «para tomar el mismo calcio que aporta un vaso de leche habría que ingerir 80 gramos de sardinas enlatadas o 75 gramos de semillas de sésamo», una dieta «un tanto peculiar» para esta experta, quien recuerda que la recomendación está en tomar «entre dos y cuatro productos lácteos al día -esta cantidad última, recomendada fundamentalmente para embarazadas y deportistas».

5) No produce más mucosidad ni provoca cálculos renales

«No existe ningún fundamento científico que lo demuestre», señala la experta, «y tampoco es cierto que provoque asma o resfriados». Recuerda que antes era de lo primero que se quitaba cuando una persona tenía cálculos renales pero con el tiempo se ha visto que consumir leche de vaca que no contiene oxalato, pero aporta el calcio necesario, es bueno para quienes son propensos a padecerlos.

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