Castilla y León, en «desertización bancaria» tras el cierre de sucursales

Un estudio señala a la Comunidad como la más afectada por la «exclusión financiera de la España vaciada»

Quejas por el cierre de un cajero en Hospital de Órbigo (León) ABC

M. GAJATE

El 79 por ciento de los municipios de Castilla y León no cuenta en sus calles con una entidad bancaria. La ausencia de sucursales afecta, así, a decenas de pueblos que abarcan una superficie de 57.000 kilómetros cuadrados y en los que reside un quince por ciento del total de habitantes de una comunidad que es de largo l a más afectada por el cierre de oficinas de la última década . Una situación que desde el sindicato independiente del sector financiero Fine consideran que es «el primer paso de la exclusión financiera de la España vaciada», que «también contribuyó a rescatar a la banca.

Así lo aseguró ayer el presidente de la Fine, José Luis Rodríguez Alfayate, quien definió el panorama en Castilla y León como una «auténtica desertización bancaria » en la que a los municipios sin entidades, que han aumentado en un once por ciento en once años, se suman otros 188 con una sola oficina, siendo de nuevo en este aspecto la Comunidad líder con el mayor volumen de poblaciones con una única sucursal.

Los datos corresponden al II Estudio Empleo Postcrisis en la Banca Española elaborado por Fine, que lamenta que esa «desertización esté contribuyendo de forma decisiva» a la «exclusión» del mundo rural, y que «mientras instituciones nacionales y europeas tratan de combatir el desarraigo en las pequeñas poblaciones» y luchan contra el reto demográfico, «la industria bancaria no sólo no ha mejorado el servicio a la clientela, sino que, en muchos casos ha condenado» a pequeños municipios con el cierre de oficinas «porque no mantenía la rentabilidad previa a la crisis económica».

El autor del estudio, José Manuel García Diego, destacó, además, que esa «exclusión financiera no se queda sólo en la desaparición de oficinas», sino que también se pone de relieve en la dificultad de acceso a los servicios bancarios, ya que la mayoría de la población española no es usuaria de banca digital y «los que sí la utilizan viven en grandes ciudades, pero no en entornos rurales con limitaciones para acceder a internet y con población más envejecida» -más del 30% de los residentes en estos enclaves supera los 65-, con una doble « discriminación» hacia esa España vaciada.

Así, señala el estudio que las zonas «más desbancarizadas, es donde existe la menor cobertura, requisito para poder utilizar la alternativa banca digital». Sin banco físico ni internet «se quedan sin dinero en efectivo, sin saber el estado de sus cuentas y sin posibilidad de acceso alternativo a las mismas».

Por provincias

Dentro de la Comunidad la situación se agrava en determinadas provincias. Mientras en León se sitúa en un 64,5 por ciento el volumen de los municipios sin oficina, en Ávila afecta al 86 por ciento. Las otras dos más afectadas y por encima de la media sería Soria y Salamanca , con el 82%.

En la comparativa por comunidades, mientras casi ocho de cada diez municipios carecen de sucursal en Castilla y León, en Aragón , la segunda peor parada se reduce al 57 por ciento. Le siguen Navarra (54%) y Castilla La Mancha (52,1%). En el otro lado de la balanza, en Baleares no se alcanza el cinco por ciento y en Canarias apenas se supera el uno por ciento.

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