Castilla y León abrirá en septiembre la tercera UCI de alto nivel de España

Arranca su construcción en el Hospital Río Hortega de Valladolid con un presupuesto de casi cuatro millones de euros

La consejera de Sanidad, Verónica Casado, durante la presentación del proyecto HERAS

M. Serrador

Si algo ha evidenciado la pandemia es la necesidad de estar preparados para la aparición de nuevas enfermedades, incluido el Covid, cuya alta contagiosidad y letalidad obliga a contar con un plan específico. Con el objetivo de hacer frente a la aparición de infecciones como la fiebre de Crimea Congo o el ébola o la Gripe A, incluso a alertas de salud pública nucleares, biológicas, químicas o radiológicas, ha comenzado ya en el Hospital Río Hortega de Valladolid la construcción de una UCI de aislamiento de alto nivel o Unidad de Biocontención .

Es la tercera de este tipo de infraestructuras más avanzada de España, junto con las de los hospitales Gómez Ulla y Carlos III de Madrid, si bien hay otras cinco de menor potencia repartidas por la geografía nacional.

Las obras, que acaban de comenzar, cuentan con un presupuesto de casi cuatro millones de euros para acondicionar un área contigua a la UCI que se encontraba vacía en el centro hospitalario a la espera de que pudiera aumentar la cartera de servicios. Con una capacidad para diez puestos de atención a pacientes, la previsión es que esté operativa en septiembre y que sea una unidad de referencia para toda la Comunidad.

Se trata de una infraestructura de aislamiento de 813 metros cuadrados en la que las medidas de seguridad son extremas tanto para enfermos como para los profesionales, por lo que será un recinto totalmente estanco con diferentes vías de acceso y sistemas de regulación de presión individual en cada uno de los boxes. La Unidad ofrecerá una asistencia multidisciplinar en la que estarán implicados profesionales de diferentes servicios como enfermedades infecciosas, microbiología, o medicina preventiva, entre otros.

La presentación de las nuevas instalaciones se realizó ayer en el centro hospitalario y contó con la presencia de la consejera de Sanidad, Verónica Casado, que calificó de «histórico» el día por el comienzo de las obras de una unidad que consideró ejemplo de cómo «la política siempre tiene que ir de la mano de la ciencia».

Tras recordar las dificultades y la presión a la que el Covid ha sometido a la sanidad, afirmó que «llegamos con las lecciones aprendidas», por lo que «es el momento de adaptar el sistema a la situación postpandemia, dar salida a las patologías no Covid y estar preparados para el futuro». Casado también se refirió a las obras que actualmente se realizan para ampliar las UCI en el Hospital de Burgos y en el Complejo Asistencial de León, donde habrá 14 puestos nuevos, lo que supone que la Comunidad contará con 248 camas de cuidados intensivos estructurales, cuando, al comenzar la pandemia, había 166, a pesar de que su nivel medio de ocupación alcanzaba el 80 por ciento.

«Preparados para el futuro»

El jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Río Hortega, Pedro Enríquez, se encargó de explicar las características de la nueva infraestructura que supone un «plus» en la atención y «nos prepara para el futuro». También recordó los difíciles momentos durante la primera ola de la pandemia en la que se vivió una situación «límite» que permitieron sacar una serie de conclusiones, como la necesidad de que las UCI estén preparadas para los peores escenarios, y la exigencia de que los parámetros de calidad y de seguridad, tanto de pacientes como de profesionales, sean los máximos. Enríquez afirmó como gracias al conocimientos de la enfermedad que los sanitarios fueron adquiriendo, a los tratamientos y a una mejor organización, se consiguió que la mortalidad de los pacientes de la UCI bajase del 40 por ciento al 20.

El médico intensivista también expuso cómo en el centro hospitalario 30 pacientes procedentes de distintos puntos de la Comunidad se han sometido al terapia de oxigenación extracorpórea, incorporada en el último año en la Sanidad de la Comunidad, que reduce el porcentaje de un fatal desenlace del 60 por ciento al 28. Por último, Enríquez llamó la atención sobre escasez de camas UCI de los hospitales de la Comunidad, lo que se ha traducido en que, ya antes de la pandemia, estuvieran al 80 por ciento de ocupación, así como de la falta de profesionales de enfermería en cuidados intensivos, aunque este déficit se va corrigiendo.

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