HISTORIA

El bandolero Luis Candelas y otros «ilustres» huéspedes de Valladolid

El escritor y periodista José Miguel Ortega recorre en su nuevo libro cuatro siglos de hospedaje en la capital vallisoletana

VALLADOLID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Con la apertura del Hotel Francia, en 1883, se abrió la «época dorada» de la hospedería en Valladolid. Con el tiempo echaban a andar otros céntricos establecimientos de semejante alcurnia y «glamour», entre ellos, el Castilla o el Inglaterra -este último ya en 1911-. Siglos antes, la hospedería había estado dominada por pensiones y posadas, a las cuales llegaban las diligencias procedentes de los pueblos o de otras capitales. Bien como habitual lugar de descanso o retiro, o simplemente como lugar de paso, muchos de estos establecimientos sirvieron de parada para un sin fin de personalidades de la época y otros personajes de «dudosa reputación». El libro «Cuatro siglos de hospedaje en Valladolid», recientemente publicado por el escritor y periodista José Miguel Ortega, recoge muchas de estas historias, a la par que cuenta la evolución del sector hotelero en la capital vallisoletana.

Entre esos personajes de «dudosa reputación», la obra recuerda la presencia del trístemente célebre bandolero madrileño Luis Candelas, quien pernoctó en Valladolid en una posada «fuera del Puente Mayor» cuando huía junto a su entonces pareja, Clara María, una joven de buena familia con quien pretendía sentar cabeza, camino del puerto de Gijón, con el fin de embarcar hacia Inglaterra. «Todo apunta a que se trataba del parador de Rioseco, que estaba en el número 8 de lo que en aquella época se llamaba calle Jardines», actualmente el Paseo del Muelle. "Del bandolero encontré bastante información", señala el periodista, recordando que evitó entrar en la ciudad para que no le conociesen y prendiesen, aunque finalmente lo hicieron en el municipio vallisoletano de Alcazarén.

El libro de José Miguel Ortega es el resultado de nueve meses de investigación, «buceando» fundamentalmente en la hemeroteca y los antiguos documentos que alberga el Archivo Municipal de Valladolid, hablando con los herederos de los establecimientos y buscando en los libros de registro de los hoteles que aún están abiertos, como ocurre con el Hotel Imperial y el Roma. «En el Hotel Roma no tienen absolutamente nada de su historia y, sin embargo, con el Imperial me pasó todo lo contrario. Por suerte en sus más de cien años de historia ha pertenecido siempre a la misma familia y tienen los libros de registro y muchas fotos», detalla el autor.

Otro de los singulares personajes que se hospedó en Valladolid fue el aviador Eddy Arcos, que resultó ser un estafador internacional. Lo hizo el 28 de mayo de 1917 en el Hotel Roma. Pero tanto Candelas como Arcos no son los únicos «viajeros famosos» que recoge esta obra. Entre otros ilustres «turistas» de «mediados-finales» del siglo XIX destaca la presencia del escritor italiano Edmundo D'Amicis, autor de «Marco, de los Apeninos a los Andes». La obra e José Miguel Ortega reproduce parte de su crónica vallisoletana: «Llegué de noche, entré en la primera fonda que me deparó la fortuna, y me dormí con la idea agradable de que despertaría en una ciudad desconocida. Y despertar en una ciudad desconocida, cuando uno no se encuentra en ella por su propio gusto, produce en verdad un placer vivísimo».

Figuras del toreo y artistas

En la nómina de reputados inquilinos de la hostelería vallisoletana a lo largo de estos últimos cuatro siglos destacan también grandes figuras del toreo y artistas, sobre todo, cuando se aproximaban de los festejos. Recuerta Ortega que los primeros famosos que estrenaron el Hotel París, el primero de la ciudad -data de 1859-y ubicado en la plaza Santa Ana, fueron «Cúchares» y «El Tato», «figuras de la torería que habían sido contratadas para lidiar las cuatro corridas de la feria».

No obstante, uno de los más célebres huéspedes que tuvo este establecimiento fue el funambulista Charles Blondin. Mundialmente famoso por atravesar los 339 metros de anchura de las cátaratas del Niágara llegó a Valladolid el 6 de agosto de 1870 para atravesar la Plaza de Toros sobre una maroma tendida desde la parte elevada de las gradas.

Con el Hotel de Francia, a finales del siglo XIX llegó el «glamour». Sus paredes fueron testigo de la presencia de nobles y otras personalidades de sangre azul. El 28 de abril de 1894 elegía esta estancia para descansar la princesa Civitella-Pecci, que más tarde daría a luz un niño llamado Alessandro Torlonia, yerno de Alfonso XIII. Junto a ministros y otras personalidades de la administración, el libro destaca también la presencia de deportistas. El 19 de junio llegaba al mecionado hotel «de postín» el campeón de Europa de los pesos pesados Paulino Uzcudum, que recibió un homenaje en la ciudad -regado con un soberbio Vega Sicilia- antes de partir hacia Estados Unidos para emprender una gira. Asimismo José Miguel Ortega recuerda que la célebre actriz María Guerrero fue cliente asidua del Francia, donde reservaba una planta para toda su compañía.

Ya a principios del siglo XIX, el Hotel del Comercio, en la actual calle Fray Luis de León, era testigo de la presencia de la infanta Isabel, hija de Isabel II , a quien el pueblo bautizó con el mote de «La Chata». Por su parte, un jovencísimo Alfonso XIII se alojaba en el Hotel Castilla en enero de 1906.

En esa misma época, en concreto, en 1907 otro lujoso hotel se sumaba a la nómina de establecimientos. Se trataba del Hotel Moderno, un rival del Francia, un establecimiento «de lujazo» a nivel europeo, apunta el periodista, quien recuerda que cerró nada más terminar la guerra para pasar a ser el Colegio Mayor Reyes Católicos. Álvaroz de Figueroa y Torres, conde de Romanones; el novelista Blasco Ibáñez y Matilde de Sajonia figuran en la relación de destacados viajeros que descansaron en el Moderno.

Ya en el siglo XX se sumaban a esta lista de hoteles de primera categoría el Inglaterra, que se convirtió en «el hotel de los toreros y los artistas» -Juan Belmonte, Rafael Gómez "El Gallo" o Domingo Ortega, fueron clientes habituales durante su estancia en Valladolid, además dela actriz Eugenia Zúffoli y el tenor Miguel Fleta.-. En el año 1943 llegaba el Hotel Conde Ansurez. «Se puso en marcha en una época de hambre y depresión para dar la sensación de que Valladolid era una ciudad importante que podía albergar a personalidades», apunta el periodista. El cineasta Orson Welles -que rodó en el patio del Colegio de San Gregorio parte de «Mr Arkadin» y la actriz Ava Gardner fueron algunos de los ilustres huéspedes de este hotel que cerraba en la década de los ochenta.

La «intrahistoria» de Valladolid

Para el autor de este libro, el recorrido que ha realizado por cuatro siglos de hospedaje en Valladolid es también una forma de contar la «intrahistoria» de la ciudad, «aquella de la que no se suele hablar, pero que es mucho más cercana». Autor de otras obras como «Historia de cien tabernas vallisoletanas» o «Viejos cafés de Valladolid», dice que comenzó a indagar y escribir sobre ello «porque me parecía increíble que nadie lo hubiera hecho antes». La Historia del Real de la Feria, «sus casetas, circos y festejos populares» centrarán su próxima investigación.

Ver los comentarios