Medio Ambiente

Aves comunes: la otra despoblación

El éxodo rural está derivando en una progresiva desaparición de las especies más ligadas a los medios agrícolas, cuyo declive llega a superar el 70 por ciento

Un gorrión común en la Montaña Palentina FOTOS: ICAL /SEO

H. DÍAZ

Si Miguel Delibes hubiera escrito en estos tiempos «El Camino» en lugar de hacerlo a mediados del siglo pasado quizá no hubiese bautizado a su protagonista, Daniel, un niño de pueblo que miraba todo siempre con mucha atención y cara de asustado, con el sobrenombre de «El Mochuelo», pues cada vez resulta más difícil encontrar esta ave rapaz que hace unas décadas se distribuía por todo el territorio peninsular.

El mochuelo europeo -denominado también mochuelo común-, ligado fundamentalmente a los cultivos de secano- es una de las aves que desde hace un tiempo está en el punto de mira de la Sociedad Española de Ornitología SEO/BirdLife . No es la única. De las 25 especies asentadas en los medios agrícolas y ligadas a la época primaveral que esta organización ha sometido análisis en el último Programa de Seguimiento de Avifauna, correspondiente a 2016. ha categorizado 17 de ellas en declive moderado. En concreto, se tratan de la abubilla, el alcaudón -común, real y dorsirrojo-, la alondra común, la calandria común, el cernícalo vulgar, la codorniz común, la cogujada común, la collalba rubia, el escribano cerillo, la golondrina común, el gorrión molinero, el pardillo común, la perdiz roja, el serín verdecillo, el sisón común y la tórtola europea.

Las causas

Entre las principales causas de la lenta pero pertinaz desaparición de estas aves se encuentra la progresiva despoblación del medio rural, especialmente acusada en Castilla y León. «Este despoblamiento origina dos cosas; por un parte, que se dejen de explotar numerosas zonas minifundistas con pequeñas zonas de cultivo para tender a las grandes explotaciones donde quedan fulminados los saltamontes y grillos que servirían de alimento a estas especies por los fitosanitarios y herbicidas; y por otro lado, la desaparición de la ganadería extensiva , y con ellos, las casas y parideras donde se refugiaban, que servían de puntos de nidificación», detalla el biólogo y coordinador del Área de Estudio y Seguimiento de Aves de SEO/BirdLife, Juan Carlos del Moral. De hecho, según el citado Programa de Seguimiento de Avifauna, en las últimas temporadas se ha mantenido un similar patrón de evolución: favorable en las poblaciones de aves que se encuentran en medios forestales y arbustivos, sobre todos en los primeros -es la única consecuencia positiva de la progresiva desaparición de los cultivos- y muy desfavorable en los medios agrícolas y urbanos.

En este último programa de seguimiento, los biólogos se fijaron en tres especies de aves comunes ligadas a la primavera con mayor decive ( el alcaudón común, real y dorsirrojo y el sisón común )- y otras dos relacionadas con el periodo invernal (escribano cerillo y palustre) que, por lo general, «se encuentran en estado más favorable» que las primeras y su dato negativo viene ligado fundamentalmente al número de ejemplares que realiza la emigración a nuestro territorio.

Alcaudón dorsirrojo

Sí les preocupa más lo que está ocurriendo con las mencionadas especies ligadas a temperaturas más benignas. Al respecto, el programa de seguimiento destaca el declive continuado de las tres mencionadas especies de alcaudón, dos de ellas particularmente comunes en Castilla y León. Así, respecto al alcudón dorsirrojo, Del Moral detalla que es un ave ligada a los pastos de montaña y media montaña y aunque hasta hace poco su población era muy importante en el norte de nuestra comunidad, en los últimos años ha sufrido «un declive importante». Más alarmante aún es la situación del alcaudón real, una ave ligada a los entornos arbustivos y agrícolas, en los que prácticamente hoy no encuentra alimento debido al uso de insecticidas. «Es un pájaro muy disperso que no forma bandos, por lo que es fácil que pase desapercibido, pero ahora directamente ni existe», apunta el biólogo, que cifra la merma de su población en un 70%. Un porcentaje similar de pérdida al que ha sufrido el conocido como sisón, que estaba muy extendido por todas las zonas cerealistas de Castilla y León. «Aquí se ha perdido el 75% de los ejemplares mientras que la media nacional está en un 50».

Que una especie se incluya o no en el catálogo de amenazas dependerá del mencionado grado de declive, aunque no sólo se tiene en cuenta el porcentaje, sino que también se valora respecto a su generación. Así, si la reducción es inferior a un 30% no será tenida en cuenta; si es superior al 50% está en «peligro» y si está por encima del 70%, en «peligro crítico». Teniendo en cuenta esta escala, detalla Del Moral, «los alcaudones reales casi entrarían en la categoría de peligro crítico e igual le pasaría a los sisones en Castilla y León».

Algunas muy ligadas a la caza

Sisón común

Pero además de estas tres especies en las que se fija la última publicación, desde SEO, que cuentan con registros desde 1998, alertan también del «importante» declive de las alondras, especialmente asentadas en los páramos sorianos y con una merma ronda el 40%, las golondrinas y los gorriones molineros, «cuya población se ha reducido a la mitad en los últimos veinte años». También especies muy ligadas a la caza como las perdices, tórtolas y codornices , estas dos últimas con cupos en la recién comenzada media veda, aunque desde la organización serían partidiarios de prohibir su caza durante unos años: «Si eliminásemos ese factor, quizá le daríamos tiempo para recuperarse», sostiene Del Moral, que suma también a este listado el mochuelo y la lechuza, hoy con valores inferiores a 2005.

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