Cultura

Pedro Ugarte: «Ahora la vida se parece más a un libro de cuentos»

El escritor y periodista bilbaíno presenta este viernes en Valladolid su última obra, «Nuestra historia»

Pedro Ugarte LISBETH SALAS

H. D.

El p eriodista y escritor bilbaíno Pedro Ugarte presenta esta tarde en la librería Oletum de Valladolid su última obra, « Nuestra historia» (Páginas de Espuma, 2016) , un conjunto de relatos breves con un nexo en común, una misma mirada a la realidad, que a su vez es próxima al lector porque sus protagonistas son hombres y mujeres de carne y hueso que hablan de la búsqueda de la felicidad, sus deseos, rencores y frustraciones.

¿Y al ser historias tan cercanas tienen un matiz autobiográfico? Lo tienen en la medida en que plasman «muchas cosas de la experiencia personal», responde el escritor, finalista del Premio Herralde y reciente Premio Setenil al Mejor Libro de Cuentos . Recuerda que «los personajes surgen de las personas» y en este sentido «la observación de la realidad es muy importante». «Muchas veces te fijas en una persona y la conviertes en personaje aumentando o llevando hasta el último extremo una característica suya».

Autor también de novelas (las últimas, El país del dinero, 2011, y Perros en el camino, 2015), algunas de las cuales han sido traducidas al italiano y al francés, cree sentirse «más cómodo» en esta «media distancia» que son los cuentos, también porque apunta «tener la sensación» de que «la vida de los seres humanos de este tiempo se parece más a un libro de cuentos que a una novela». Una afirmación que justifica en el hecho de que a diferencia de otras épocas, en las que la vida «era más previsible en parámetros de todo tipo -biográficos, laborales, geográficos...-», ahora no lo es así.

Dedicados a los grandes cuentistas

Es tal su entusiasmo por este género que tres de los relatos de «Nuestra historia» están dedicados a tres grandes cuentistas de la literatura española, Medardo Fraile, Esteban Padrós de Palacios y el autor berciano Antonio Pereira . Al respecto, Ugarte señala que esas dedicatorias tienen parte de «reivindicación» porque a su juicio «el cuento español de los años 50 no está lo suficiente reconocido». «Respeto mucho la tradición del cuento norteamericano, pero a veces nos quieren vender ciertos hallazgos de recursos literarios, ambientes y tramas que estaban ya en la tradición literaria de aquellos años», y pone como ejemplo el «realismo sucio» que ya se pudo ver en la narrativa de Ignacio Aldeoca.

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