Nambroca
Rescatados dos adolescentes de un pozo a 8 metros de profundidad: «Se han comido a besos a los bomberos»
Permanecieron una hora y media en el agua, agarrados a tubos y sobre unos flotadores
«Entre la hipotermia que tenían y los nervios, a los bomberos se los comieron a besos cuando los sacaron». Tomás Vidales, jefe de los voluntarios de Protección Civil de Nambroca , fue uno de los testigos del rescate de dos adolescentes que cayeron anoche al pozo de una huerta en esta localidad toledana, situada a muy pocos kilómetros de la capital de Castilla-La Mancha.
Dentro de ese pozo, a ocho metros de profundidad, permanecieron alrededor de una hora y media. Primero, agarrados a un tubo de una bomba de extracción de agua y a otros conductos, contra los que, milagrosamente, no se habían golpeado al caer. Y luego se aferraron a los flotadores que Protección Civil les lanzó para que no se hundieran en el agua. «Si no es por los flotadores, hubiesen aguantado media hora» , calcula el responsable de los voluntarios.
Unos minutos antes de las once, los dos chicos volvían a la superficie subidos por los bomberos. «Estuvieron dando gracias a todo el mundo y, gracias a Dios, la cosa no ha pasado de un susto», cuenta a ABC Tomás Vidales media hora después de acabar el rescate. «Los chicos están perfectamente, con hipotermia, pero sin golpes aparentes». De todos modos, fueron trasladados al hospital Virgen de la Salud de Toledo para una exploración.
Un pozo tapado con rasillones
Los hechos ocurrieron en una huerta a un kilómetro, aproximadamente, del campo de fútbol. Eran un poco antes de las nueve y cuarto de la noche. Los dos adolescentes, de entre 15 y 17 años, se encontraban con al menos otros dos amigos sobre el pozo, cuya boca estaba tapada por unos rasillones. « No sabemos concretamente qué ocurrió. Ellos dicen que estaban sentados, que se empezaron a mover para atrás y se hundieron los rasillones», recuerda el jefe de Protección Civil.
Un amigo «tuvo la valentía», dice Vidales, de quedarse en la boca del pozo dándoles ánimos, mientras que otro fue en busca de ayuda. Voluntarios de Protección Civil, alertados por el servicio de emergencias 112, fueron los primeros en llegar, aunque los primeros datos los habían dirigido erróneamente a un pozo muy cercano al campo de fútbol.
De manera inesperada, se encontraron con el amigo que había salido en busca de ayuda y que fue quien los llevó al lugar exacto, para lo que tuvieron que caminar varios cientos de metros. «Nos sorprendió -reconoce Tomás Vidales- la distancia a la que se encontraban del pueblo» .
Ya en la boca del pozo, los voluntarios y los amigos estuvieron alumbrando con sus teléfonos móviles a los adolescentes hasta que llegaron agentes de la Guardia Civil y los bomberos del parque provincial de Illescas, que fueron los encargados de rescatar a los dos jóvenes.
«Todo fue muy rápido. Los chicos sabían que había gente que se estaba preocupando por ellos y los tranquilizábamos mientras oían las sirenas», relata Tomás Vidales. «Ha sido el rescate más emocionante en los que he participado» , reconoce el jefe de los voluntarios.
Tomás Vidales ha agradecido el comportamiento «maravilloso» de los paisanos de este pueblo de unos 5.000 habitantes. Entre los que se acercaron al lugar, estuvo el dueño del huerto, asustado y sobrecogido por la situación tan crítica.
Él se preguntaba cómo se las habían apañado para caer al pozo, mientras que la Guardia Civil ha abierto una investigación para aclarar las circunstancias de este suceso con un final feliz. «Los chicos han vuelto a nacer» , asegura Tomás Vidales.
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