El monasterio de Carmelitas Descalzas de Navahermosa cumple 50 años

El arzobispo dedica una Carta Pastoral con motivo de esta efeméride

Monseñor Cerro ante la imagen de Santa Teresa en el convento de Navahermosa Arzobispado

ABC

El monasterio del Sagrado Corazón de Jesús y de la Virgen del Carmen ubicado en la localidad toledana de Navahermosa celebra, el próximo 3 de agosto, su 50 aniversario . Con este motivo el arzobispo de Toledo y Primado de España, Francisco Cerro Chaves ha publicado una carta pastoral que lleva como título ‘50 años de la presencia de las Madres Carmelitas de Navahermosa’.

Igualmente, desde el 12 al 15 de octubre, esta comunidad religiosa de vida contemplativa, formada por 11 monjas , comenzó a celebrar este aniversario con un triduo de preparación ante la fiesta de Santa Teresa de Jesús. La última de las celebraciones, el día 15 de octubre, fue presidida por el monseñor Francisco Cerro.

En la introducción de su escrito pastoral recuerda que fueron ocho monjas carmelitas descalzas las que fundaron este carmelo en la localidad situada en la comarca de los Montes de Toledo. «El Carmelo de Navahermosa es una gracia de vida contemplativa, no sólo para el pueblo, sino para la Archidiócesis y para toda la Iglesia universal». Monseñor Cerro expone tres claves para abordar esta efeméride. La primera de ellas es indicar que las carmelitas descalzas son «contemplativas al estilo de santa Teresa de Jesús. Los santos son personas vivas, que viven hoy, que viven en el cielo y las imágenes nos remiten a ellos; Santa Teresa nos habla de la búsqueda de Dios, como tarea primordial del hombre», afirma.

Igualmente abunda acerca de la santa abulense: «Santa Teresa es una de las mujeres de la vida monástica y contemplativa más grandes de la historia, que nos presenta que solo Dios basta».

La segunda de las claves que indica el arzobispo de Toledo es la debida acción de gracias a realizar durante este año: «Un carmelo es un regalo del Corazón de Jesús a una humanidad herida y sin esperanza», dice. Igualmente, expresa que las palabras que «brotan del corazón son gracias y perdón: gracias por tanto amor recibido; perdón por lo que no hemos hecho».

Aconseja el primado a las madres carmelitas, aprovechar esta efeméride porque «redundará en vuestro bien y en el de nuestra bendita Archidiócesis».

La tercera clave que indica es la necesidad de «redescubrir la dimensión contemplativa de todo el pueblo de Dios: de los laicos, de la vida consagrada y de los sacerdotes; sin vida de oración, nuestra fe languidece, nuestra esperanza se muere y nuestra caridad es una farsa. Sin oración, Dios acaba siendo nadie».

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