Juzgan a un hombre acusado de abusar sexualmente de su hija de diez años

«Le decía que estaba enamorado de ella y que se quería casar y tener hijos con ella», relata la fiscal del caso. La causa fue instruida por el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Illescas

Un furgón de la Guardia Civil delante de la puerta de la Audiencia Provincial de Toledo Ana Pérez Herrera
Manuel Moreno

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«Desde una fecha no determinada del año 2011 comenzó a decirle a su hija que estaba enamorado de ella y se quería casar y tener hijos con ella». Así lo relata Cristina Martínez Arrieta, fiscal del caso que será juzgado en la Audiencia Provincial de Toledo el 23 de mayo . Un hombre, cuyas iniciales son B. A. M. D., se sentará ante un tribunal de la Sección Primera para responder a la acusación de un delito continuado de abuso sexual que le imputa la Fiscalía de Toledo. La causa fue instruida por el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Illescas.

Según el relato del ministerio público, los hechos ocurrieron desde 2011 hasta el 9 de febrero de 2013 en un chalé donde el padre y la hija convivían los fines de semana, cuando les correspondía estar juntos según el régimen de visitas establecido por un juzgado de Familia.

La fiscalía asegura que los abusos se remontan a una fecha indeterminada de 2011, cuando el inculpado, sin antecedentes penales, comenzó a decir a su hija, nacida en junio de 2001, que estaba enamorado de ella, y con la que «se quería casar y tener hijos».

Meses más tarde, el procesado comenzó a tocar a la pequeña los pechos por encima de la ropa. También entró en el cuarto de baño cuando la menor se estaba duchando, lo que aprovechaba para acariciarle los pechos y las nalgas. Además, en varias ocasiones según la fiscal Cristina Martínez Arrieta, el padre obligaba a su hija a dormir con él, en ropa interior, y pasaba la noche junto a ella, abrazado a la menor y rozando sus genitales con el cuerpo de su hija.

La fiscal también relata en su escrito de acusación que, cuando la menor estaba en el sofá viendo la televisión o descansando, su padre le acariciaba la vagina. Esta escena se repitió en varias ocasiones y el encausado llegó a introducir un dedo en el ano de la niña varias veces.

El ministerio público pide para el padre una pena de diez años y seis meses de prisión por un delito continuado de abuso sexual. La fiscalía solicita también que el progenitor no se acerque a su hija, todavía menor de edad, a una distancia inferior a 500 metros y que tampoco se comunique con ella durante once años. Sobre la responsabilidad civil, demanda que el procesado indemnice a su hija con 1.560 euros.

Para evitar que la niña tenga que ver otra vez a su padre durante la declaración, la fiscal Martínez Arrieta ha reclamado al tribunal que utilice algún medio técnico para que se practique la prueba evitando la confrontación visual de la hija y el inculpado.

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