Diferentes conceptos toreros en la plaza de Añover de Tajo

Morenito de Aranda, Esaú Fernández y Cristian Escribano brindan una entretenida tarde de toros

Cristian Escribano en su labor con el capote Mario Gómez

Mario Gómez

Con un ojo en el cielo y otro en las predicciones, se congregaron los aficionados en la coqueta plaza de toros de Añover de Tajo. Lejos del sol y moscas y las barreras demandadas, fueron los soportales del coso donde las localidades eras más solicitadas.

Inteligente estuvo Esaú Fernández con su primero. Desde el personal inicio con el capote hasta el encajado comienzo por bajo. Profundo por el lado derecho y fácil por el izquierdo. Aguantó las tarascadas imprimiendo mando toledano a la gracia sevillana. Lo cazó a la segunda y abrevió con el descabello y paseó un trofeo.

El guapo castaño que hizo 5° se partió la cara al rematar con un burladero. Literal. Esaú toreó con suavidad y el animal, con más voluntad que poder, seguía la muleta. Muy profesional el diestro de Camas queriendo agradar, pero se alargó sin justificación . Una soberbia estocada despertó al respetable, que pidió el doble trofeo aunque la presidencia, con buen criterio, solo concedió una.

Le quiso Cristian Escribano hacer bien las cosas al 3°. Pareció dañado en el capote y se vino muy abajo después del encuentro con el caballo. A pesar de todo, tiró Escribano de voluntad y logró pasajes notables por ambos pitones. Arrancó roncos olés y la música, que en Añover es una delicia. La demora en doblar y el comienzo de la lluvia disiparon la opción de premio mayor .

El brillante saludo de capote de Escribano al que cerró el festejo hacía presagiar un epílogo de letras doradas. Fue un inicio de faena muy prometedor, pero un animal que se apagó demasiado pronto complicó el triunfo. Lo intentó Escribano, pero el burel embestía con más voluntad que resultado . Buena estocada y un trofeo para su esportón.

La ausencia de Curro Díaz fue cubierta por Morenito de Aranda. Uno de Burgos por uno de Linares, dos estilos semejantes y el toreo clásico y de gusto como denominador común. El encuentro con el caballo atemperó al bruto primero. El aire tampoco ayudó. Torero clásico, como tal obró destacando al natural y en los remates ante un animal que nunca terminó de comprometerse. Mató a la segunda y en descabello y todo quedó en ovación con saludos desde el tercio.

El 4° resultó noble pero justito de fuerzas. Profundidad y temple que el burgalés supo dosificar para extraer lo que tenía el animal de Buenavista. Esfuerzo del matador por agradar que no dudó de acortar distancias para acabar pudiendo plenamente a su oponente, con las zapatillas atornilladas y un natural hasta más allá de la cadera. Paseó dos (excesivas) orejas, con algunas protestas .

Morenito de Aranda (grosella y oro) ovación con saludos y 2 orejas

Esaú Fernández (champagne y oro con los cabos negros) oreja en ambos

Cristian Escribano (blanco y oro) ovación con saludos y oreja.

Toros de Buenavista de imponente estampa y nobles en general, aplaudidos varios en el arrastre (1°, 2°).

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