«No he vuelto a Toledo desde la muerte de Paco de Lucía, mi maestro junto a Camarón»

«Tomatito», guitarrista flamenco, llega este domingo a Toledo con todo su arte y el «duende» que le transmitieron Camarón de la Isla y Paco de Lucía. Con «Soy Flamenco» les rinde tributo

«Tomatito» actúa este domingo en el Palacio de Congresos de Toledo ABC
Francisca Ramírez

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Es una de las leyendas vivas que quedan del flamenco. José Fernández Torres, más conocido como «Tomatito», reconoce ser una persona afortunada, al haber compartido escenario con todos los más grandes artistas de la guitarra. Fue asiduo compañero de dos tótems del flamenco: Camarón de la Isla y Paco de Lucía , a los que atribuye todo el «duende» que le acompaña desde los 14 años, cuando abandonó su tierra natal, Málaga, para seguir a Camarón.

«Él fue a buscarme a mi casa. Desde ese momento no lo abandoné hasta el final», afirmó en entrevista con ABC el guitarrista, que llega este domingo al Auditorio El Greco de Toledo para presentar «Soy Flamenco», su octavo disco en el que están presentes el mítico Camarón, de quien recupera su voz, y Paco de Lucía, al que define como su maestro. Aunque también ofrecerá un repaso a su trayectoria, acompañado por su hijo José del Tomate (guitarra), Morenito de Íllora (cante), Kiki Cortiñas (cante), Pepe Torres (baile) e Israel Suárez «Piraña».

Llega a Toledo para presentar «Soy Flamenco», un disco con el que sigue teniendo un rotundo éxito.

Los discos se hacen con mucho cariño y si a la gente le gusta, pues mucho mejor. Con «Soy flamenco» llevo desde 2014 de gira. Es el último trabajo de flamenco que tengo. Luego está «Spain again», que grabé con Michel Camino, y donde fusionamos dos géneros: el jazz y el flamenco.

Habla de Paco de Lucía como su maestro. ¿Visitó la casa que tenía él en el casco histórico de Toledo?

Creo que no he vuelto después de la muerte de Paco. Lo que sí recuerdo es que estuve en la casa que el maestro tenía en el casco. Él tenía su estudio arriba y yo estaba allí, grabando «Cositas buenas». Partícipe en ese disco. Recuerdo que la casa estaba frente a una iglesia (Santa Leocadia). Me gustó pasear esas calles y plazas. Toledo es precioso y a quien no le guste, es que ha perdido el gusto por completo.

¿Qué representa para usted que se le considere el heredero natural de Paco de Lucía?

Siempre tengo una palabra que es la humildad. Yo me he criado con Paco. Y tengo que agradecer el haber tenido la suerte de estar a su lado y al de Camarón de la Isla. Es algo grandioso. Paco de Lucía es mayúsculas en guitarra. Luego estamos los demás. El público puede poner a cada uno en su sitio. Cuando hablamos de Paco, los demás sobramos. He tenido la suerte de tocar junto a él. Eso es lo que me voy a llevar de esta vida.

Su nombre va ligado siempre al maestro Camarón, ¿qué significó para usted ser su acompañante?

Para mí ha sido todo. Camarón ha sido lo más grande. Él vino a buscarme a Málaga cuando yo tenía 14 años. Desgraciadamente ocurrió lo que ocurrió, y tuve que hacerme solista sin querer. Sigo sobre los escenarios y la gente me conoce por estos maestros. Pero me pone triste que me pregunten por Camarón.

¿No ha superado la muerte de estos dos grandes maestros?

Nunca. Nunca se supera. Yo hablo de ellos y no me siento bien. Por eso cuando hacen monográficos o escriben libros sobre ellos, intervengo lo mínimo porque no puedo. ¿Qué digo?, ¿de qué habló?. No puedo hablar. Está todo hablado ya. Luego hay cosas que me las guardó para mí.

Ha compartido escenario con artistas como Elton John, Frank Sinatra, Enrique Morente, Michel Camino y José Mercé, ¿con quién le gustaría tener una colaboración?

He tenido la suerte de tocar con todos los grandes, incluso con George Benson, un guitarrista de jazz que es mi ídolo. Él participó en mi disco «Paseo de los castaños». Viajé a Nueva York y grabamos en su estudio. Fue una experiencia maravillosa. Son como regalos que te da la vida. También le he producido un disco a José Mercé, «De verdad», con el que estamos de gira. Estoy encantadísimo. Mercé es muy buena persona, me río mucho y me lo paso bomba con él. Además, estamos de gira con Michel Camino y vamos a todas partes. Creo que estoy bien surtido y me siento una persona muy afortunada porque me llevo bien con todos ellos. La mayoría de las figuras con las que comparto escenario son personas que aman la música y no tienen cabeza para pensar en joder a nadie.

¿Quiénes son sus referentes del flamenco?

Ahora mismo no lo sé. Se está gestando un movimiento entre la juventud y creo que el futuro musical será mucho mejor. Hay muchas cosas. Otras salen del circuito porque no le convienen al flamenco y se quedan como una pequeña moda. Hay proyectos como lo que hizo Camarón con «La leyenda del tiempo». Él siempre decía: «Dentro de 20 años lo van a entender». Y ahora se ha entendido ese disco porque hubo un buen principio: una buena fusión de armonía y de melodía. Sin olvidar los palos del flamenco, que hay que respetarlos al máximo.

¿Qué le parece la llegada de artistas como Rosalía?

Lo veo muy bien. Vuelvo a repetir que el flamenco siempre está en movimiento. Esta chica canta muy bien. Afina bonito y me agrada escucharla.

Su hijo también se ha convertido en guitarrista, ¿qué le parece?

Hay que crear de lo creado. Hay que recrear lo creado, que es lo bonito. En el caso de mi hijo, no soy el más adecuado para hablar de él, pero a mí me gusta. Estudia mucho. Es calmado y le veo en casa ensayar y preocuparse por investigar sobre este género musical.

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