Deportes

Fútbol femenino: entre la devoción y un profesionalismo «low cost»

La jugadora más veterana de la Liga Toledo-La Sagra y el entrenador del Atlético hasta hace unos días cuentan cuál es la realidad de este deporte

Ángel Villacampa y Sara Navas representan las dos caras del fútbol femenino: la profesional y la aficionada. Él es toledano y, como entrenador del Atlético de Madrid, ha ganado una Copa de la Reina y dos Ligas en las últimas temporadas. Ella es madrileña, defiende la portería del Yeles y, a sus 44 años, es la más veterana de cuantas jugadoras compiten en la Liga multisede Toledo-La Sagra para jugadoras amateurs ANA PÉREZ HERRERA
Juan Antonio Pérez

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La resaca de la boda de Sara Navas, hace poco más de un mes, fue un partido de fútbol. Por supuesto, con ella bajo palos. Se casó un sábado y el domingo jugó con la AD Yeles en la Liga multisede Toledo-La Sagra. Así fue. En la grada estaba Toni, el marido, que hasta conocer a Sara nunca había visto un partido de fútbol y creía que Butragueño seguía en activo. Ahora no se pierde uno, claro. Sus compañeras de vestuario tampoco faltaron a ninguna de las dos citas de aquel fin de semana tan intenso.

«No faltó ni una. Nos quitamos los tacones y nos fuimos a jugar. Creo que perdimos, pero no me acuerdo bien», evoca. La memoria es frágil, sin embargo. Cuando finaliza el reportaje y Sara llega a casa, pregunta por curiosidad a su hija Paula cuál fue el resultado de aquel partido. La niña entonces responde entonces que ganaron 3-2 y que ella marcó el gol de la victoria en el último minuto. La precisión hay que hacerla, aunque importe poco: ganar, perder, qué más da, si al final de lo que se trata es de echar la mañana, sudar un poco y pelear como descosidas por cada balón.

Sara tiene 44 años y es la jugadora más veterana de esta liga amateur. Además, se da el gustazo de jugar con su hija de 15, «una crack» según su madre. La portera es una de las dos voces a las que acude ABC para consultar cuál es la realidad del fútbol femenino. La otra es la de Ángel Villacampa, toledano y entrenador del Atlético de Madrid , que en las últimas tres temporadas ha ganado dos Ligas y una Copa de la Reina. Un hito para el club rojiblanco.

«Ahora hay mucho patrocinio de Iberdrola, nos televisan los partidos por Gol Televisión, pero en Primera división hay futbolistas jugando por 400, 500 ó 600 euros; también en el Atleti. Me gusta cuando dicen que hay que potenciar el fútbol femenino, pero cuando escuchas las dificultades que tienen para jugar… Lo que hay que hacer es apostar por la base, que haya ligas estructuradas para que puedan salir más y mejores jugadoras», sugiere Ángel.

En el momento en que ABC habla con él, ya se sabe que el Atleti no le ha renovado y está a punto de subirse a un avión para irse a China, uno de los países que le ha ofrecido entrenar. Aunque aún no ha decidido que hará, sí tiene claro que estará un tiempo fuera de España.

Solo hasta infantiles

Esas «dificultades» de las que habla para que las chicas jueguen al fútbol son evidentes. Por ejemplo, por una cuestión física las niñas solo pueden jugar con niños hasta los 14 años, en categoría infantil. Algo que parece razonable, pero que se convierte en un disparate porque, después de esa edad, está «el abismo, no hay nada». Y pasa que las que quieren seguir jugando, como Paula, la hija de Sara, lo tiene que hacer con mujeres que le doblan, incluso triplican, la edad.

Y luego está lo que no es tan evidente, pero resulta igual de sangrante. «En nuestro club juegan desde chupetines hasta cadetes y todos tienen seguro menos nosotras. Si queremos un patrocinador, también lo tenemos que buscar», lamenta Sara. «Cuando empecé a entrenar al equipo femenino, se llamaba Club Deportivo Elemental Atlético Madrid Femenino. Hasta hace dos temporadas, no pertenecíamos al club», añade Villacampa.

Eso sí, el entrenador toledano reconoce que en los últimos tiempos se han dado pasos positivos. En el Atleti «nos han dado muchas facilidades para hacer cosas, aunque dentro de una limitación económica». Esto es: entrenar en el estadio Vicente Calderón o jugar en el Wanda Metropolitano un partido al que acudieron 22.000 personas.

Las diferencias entre el fútbol femenino y masculino son, básicamente, económicas y físicas. Por lo demás, es igual. O no. Sara apunta: «Entre los chicos hay mucho teatro». Ángel está «de acuerdo, en gran parte», y dice que los partidos femeninos «son mucho más nobles porque no hay muchas patadas». De hecho, a sus jugadoras del Atleti les insistía en que «tenían que ser más contundentes, y eso les costaba».

Eso que llaman destino no es más que un conjunto de casualidades. Sara empezó a jugar al fútbol hace cuatro años, cuando las madres de los niños hicieron un equipo. Ahora el fútbol es «todo» para ella. Ángel entrenaba en la cantera del Atleti y un día le ofrecieron ser el segundo técnico del conjunto femenino. Luego se convirtió en el primero, llegaron los éxitos y ahora no cambia entrenar a chicas por nada. Benditas casualidades.

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