Malestar vecinal por los okupas en un edificio de la calle de las Bulas en Toledo

El Ayuntamieno y la Policía conocen esta situación, pero no pueden hacer nada sin una denuncia del propietario, que es el administrador único de la constructora

Bloque de viviendas en el número 42 de la calle de las Bulas de Toledo, donde entraron los okupas H. Fraile

ABC

La ocupación ilegal de viviendas no es un fenómeno de ahora, pero es cierto que el confinamiento derivado del coronavirus ha vuelto a poner encima de la mesa este asunto. El estado de alarma ha provocado que muchos propietarios de segundas residencias no pudieran desplazarse hasta ellas y esto ha abierto las puertas a algún que otro episodio de okupas .

En días anteriores el diario ABC viene contando a sus lectores una serie de episodios de este tipo de en diferentes puntos de la provincia de Toledo, pero la capital toledana tampoco se salva de este fenómeno. Así se lo han hecho saber a este medio algunos de los vecinos de un zona del Casco Histórico , después de que en las últimas semanas un bloque de viviendas haya sido ocupado ilegalmente por un número considerable de personas, entre ellas familias con niños.

Según ha podido saber ABC, se trata en concreto de un bloque de viviendas ubicado en la calle de las Bulas, número 42, en pleno barrio de la Judería de Toledo . Un edificio que fue reformado allá por el 2008 y que, debido a la crisis económica, no se vendió ni se alquiló. Así ha estado, hasta que hace unos tres años, según comentan los vecinos, comenzaron a llegar los primeros moradores a uno de los cuatro pisos que componen este bloque, con los que dicen no habían tenido ningún problema.

Sin embargo, desde hace unos dos meses, y más en concreto desde principios de julio, la convivencia se ha deteriorado ante la llegada de un número mayor de personas, entre ellas familias con niños, que han ocupado ilegalmente el resto de las viviendas. Son estos últimos moradores, según señalan, los que están generando más situaciones de ruido y peleas que tienen atemorizado al vecindario de esta tranquila, hasta ahora, plaza del centro de Toledo.

Quejas de los vecinos

«Los vecinos mayores y los niños antes hacían vida en la plaza, pero ya no. La convivencia cada vez es más difícil y los gritos son espectaculares. Esto es un sinvivir», narra a ABC una de las vecinas, que relata una serie de lo que ella entiende infracciones en las que incurren estos okupas. Entre ellas, cita la de sacar la basura durante el día -fuera del horario permitido-, tender la ropa en el exterior, el excesivo ruido e incluso saltarse la prohibición de aparcar y acceder con el coche hasta la plaza, donde descargan los bidones de agua que llevan hasta las viviendas, donde no tienen suministro.

Bolsa de basura a la puerta del edificio durante el día, cuando está prohibido H. Fraile

Todas estas quejas han llegado en varias ocasiones tanto a la Policía Local como a la Nacional , que han acudido hasta el lugar para conocer cuál es la situación. Sin embargo, los agentes policiales aseguran que no pueden hacer nada si no existe una denuncia del propietario de las viviendas, que en este caso es el administrador único de la empresa que construyó este bloque de cuatro pisos. Con él han intentado contactar varias veces los vecinos de la zona para que actuase, pero de momento les ha sido imposible.

Los hechos son de sobra conocidos por el Ayuntamiento de Toledo , que ha intentado igualmente contactar con el propietario, pero en vano, con el fin de solucionar esta situación, para la que se precisa la intervención de servicios sociales, ya que hay niños de por medio. Eso sí, según informan desde la Policía Nacional, hasta el momento no han tenido denuncia de ningún tipo contra los moradores de esas viviendas, aunque sí que tienen constancia de las quejas vecinales. Es por ello que se desplazaron hasta allí para tomar declaración e identificar a los habitantes de los pisos, sin constar en ninguno de los casos antecedentes policiales ni delito alguno.

Este problema de la ocupación ilegal de viviendas es más preocupante, si cabe, en el Casco de Toledo, donde se cuentan por cientos los solares vacíos y en estado ruinoso. De hecho, al lado del bloque de pisos del número 42 de la calle de las Bulas hay otro edificio cuyo propietario, que tenía intención de rehabilitarlo, decidió tapiar la puerta y las ventanas al haber sufrido episodios similares con okupas.

Asimismo, en otro solar aledaño se iba a comenzar a hacer una reforma del edificio antiguo para construir nuevas viviendas, pero las empresas constructoras han decidido no hacerlo por el miedo a que los okupas se lleven los materiales de construcción o incluso a que en un futuro se puedan meter en ellas también.

«Indefensión e impotencia» son las palabras más repetidas en el vecindario, que piden que se tomen cartas en el asunto y se actúe con medidas punitivas, y que por eso ven con buenos ojos una legislación más dura contra la ocupación ilegal de viviendas , algo que están promoviendo diferentes partidos en varias instituciones. «¿Qué imagen queremos dar de Toledo?», se preguntan los vecinos, que alertan de que «como esta gente empiece a ocupar el Casco Histórico, estamos perdidos».

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