Estas casas son una ruina

En 2018 se registraron en Toledo 60 intervenciones de los bomberos en inmuebles ruinosos y Urbanismo abrió 86 órdenes de ejecución a propietarios

Vivienda en estado ruinoso en el callejón Niños Hermosos A. Pérez Herrera
Mariano Cebrián

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Cuenta la leyenda que en Toledo, en el callejón de Niños Hermosos, había una casa en la que vivía una viuda que era conocida por su belleza y por ser madre de dos hijos muy guapos igualmente. La propietaria de esta gran casa era pretendida por un alguacil mayor de la ciudad de los tiempos del rey Fernando III «el Santo». Como no conseguía persuadirla, este hombre recurrió al secuestro de los dos menores, un hecho que la mujer, desesperada, denunció al monarca, quien mandó decapitar al secuestrador.

Aún hoy se dice que en este inmueble se oyen los tristes llantos de la madre ante la falta de sus hijos. Una tristeza que es la que uno siente hoy al contemplar cómo esta histórica casa permanece viuda o huérfana, como los protagonistas de su leyenda. Abandonada durante años, en la actualidad sus centenarios muros aparecen llenos de grafitis y se les cae el revoco.

Además, sus ventanas están rotas, las maderas curvadas y da la sensación de que el que debió de ser un imponente edificio puede caer de un momento a otro al suelo. De hecho, hace muy poco el Ayuntamiento de Toledo se ha visto obligado a colocar, por motivos de seguridad, una valla en el acceso al número 3 del callejón de Niños Hermosos , donde cuelga incluso el buzón de los actuales propietarios.

Pero la seguridad no es la única cuestión que preocupa de este inmueble, ya que a ello se suman los problemas de salubridad que puede entrañar para las viviendas aledañas, o incluso por la posible pérdida de elementos arquitectónicos de gran valor patrimonial. Así lo explica José María Gutiérrez, técnico de Vivienda del Consorcio de Toledo, quien destaca el caso del número 3 del callejón de Niños Hermosos como un ejemplo paradigmático de casas en ruinas de las muchas que existen en el Casco histórico de la ciudad.

«La mayoría de los edificios que presentan un estado ruinoso en el Casco histórico de Toledo tienen una estructura arquitectónica medieval, poseen alfarjes o techos de madera policromados y columnas de granito, y el valor de conjunto de las casas es importante, desde las trazas, pasando por los muros, los patios y hasta los corredores». Esto es lo que afirma el técnico del Consorcio, quien alerta de que si no se actúa a medio plazo, se corre el riesgo de que todos estos elementos arquitectónicos se echen a perder.

Edificio en ruinas en la cuesta de San Justo A. Pérez Herrera

José María Gutiérrez enmarca el caso del inmueble del callejón de Niños Hermosos dentro de un problema común en algunas zonas del Casco. Llama la atención, en este sentido, el e ntorno de las manzanas aledañas a la plaza de San Justo , con ejemplos similares en la calle del Locum, Cristo de la Calavera, calle del Pez, la plaza de la Cabeza, callejón del Alcahoz, y la bajada y la cuesta de San Justo.

En esta última ubicación se encuentra otra de las casas en un peligroso estado de conservación, donde la Concejalía de Urbanismo ha apuntalado la fachada, ha ampliado la visera y ha puesto un vallado de seguridad ante el riesgo de desprendimientos a la vía pública de algún elemento del muro. La propiedad lo puso en venta, pero no ha conseguido venderlo, y en breve se ejecutará por parte del Ayuntamiento de Toledo, quien ordenará la declaración de ruina.

2.700 rehabilitaciones

En la lucha contra esta situación ha jugado un papel fundamental el Consorcio de Toledo desde su creación, en 2001, ya que ha llevado a cabo una gran labor con la reforma y rehabilitación de más de 2.700 inmuebles de los alrededor de 6.000 que existen en el Casco Histórico de Toledo.

Sin embargo, la realidad es que aún queda mucho trabajo por hacer, y prueba de ello son la gran cantidad de intervenciones que los bomberos de Toledo se han visto obligados a hacer debido al estado que presentan muchos edificios en ruinas. En 2018, por ejemplo, según informó el jefe de este cuerpo, Isabelo Sánchez, tuvieron que realizar 4 actuaciones por derrumbamiento, 26 para saneamiento de fachadas y 30 trabajos para retirar tejas y canalones , inspecciones y balizados.

Unos números que son parecidos a los de años anteriores. Los únicos factores que pueden incrementar las cifras, señala el jefe de bomberos, son las fuertes lluvias o vientos, «que pueden agravar las patologías que tiene un edificio en mal estado, ya que pueden caer revocos o tejas sueltas». Una situación de este tipo sucedió cuando el año pasado cayó de la torre de la catedral de Toledo, desde una altura considerable, una pieza de granito de más de 100 kilos.

Aun así, Isabelo Sánchez, uno de los veteranos del cuerpo de bomberos de Toledo, asegura que la situación actual dista mucho de lo que ocurría hace unos años. «En los años 80 y 90, cuando la ciudad tenía muchas viviendas en mal estado y abandonadas, había un gran riesgo de incidentes porque mucha gente de clase social baja se metía en ellas y, cada dos por tres, recibíamos llamadas alertando del peligro de derrumbes o de incendios por las hogueras que encendían con las maderas del interior de los edificios», recuerda.

Lo que hacen los bomberos, en primer lugar, es eliminar el peligro más inminente, es decir, retirar los revocos, las tejas o cualquier elemento que está en mal estado y puede caer sobre alguien. «Si el edificio tiene una ruina importante, habría que demolerlo, pero nosotros no somos albañiles ni podemos estar allí varios días. De hecho, nosotros tocamos lo mínimo en estos casos, ya que cuando tocas un elemento en mal estado puede provocar un derrumbe de gran parte del edificio», indica Isabelo Sánchez.

Para llevar a cabo estas intervenciones, si puede haber algún percance para alguien que pase por la calle, se corta el paso y se valla para evitar posibles daños personales. En cualquier caso, viendo los problemas que tiene el inmueble, los bomberos emiten un informe a la Concejalía de Urbanismo explicando en qué ha consistido la intervención, el estado en el que se encuentra y las acciones que serían necesarias para solucionarlo, en base a las ordenanzas municipales.

Entre esas acciones que puede iniciar el Ayuntamiento de Toledo, a través de la Concejalía de Urbanismo, se encuentra una comunicación a la propiedad para que subsanase el defecto o las órdenes de ejecución. Estos procesos se inician, en general, por las denuncias de particulares, pero también de oficio por los inspectores municipales o por la intervención de los bomberos o de la Policía Local.

Casa en ruinas en la travesía de San Andrés, donde intervinieron los bomberos A. Pérez Herrera

Las órdenes de ejecución no se limitan sólo a los edificios que presentan peligro para la vía pública, sino también para los inmuebles colindantes. Según el concejal de Urbanismo, Teo García, «el propietario resuelve, en primera instancia y sin presentar alegaciones, las deficiencias que el denunciante o el informe municipal apunta, y en un porcentaje muy alto no es necesario que se dicte una orden específica de ejecución».

En último extremo, las ordenanzas municipales contemplan la ejecución subsidiaria, es decir, una expropiación del inmueble , que se da muy pocas veces. «Si es una pequeña propiedad, el Ayuntamiento puede asumirlo económicamente, pero en casos de grandes edificios, no. Aparte, estos procesos llevan mucho tiempo y resultan muy difíciles de resolver por vía judicial», afirma Teo García.

Medidas a adoptar

Los decretos de la Concejalía de Urbanismo, junto con la orden de ejecución de las obras, en inmuebles con una antigüedad superior a 50 años, requieren la presentación en la Consejería de Fomento de un informe de evaluación del edificio, que posteriormente, y previo informe técnico municipal, determina las nuevas obras que deben ejecutar.

En las propias órdenes de ejecución se establecen las medidas concretas que, según cada caso, fuera necesario acometer. Entre ellas, se incluyen apuntalamientos, demoliciones totales, forjados, intervenciones en los aleros, revocos de fachadas y cerrar huecos para evitar la entrada de personas, palomas u otros animales. En solares también se realizan vallados o limpiezas.

«El gran problema que tenemos con las órdenes de ejecución es determinar los propietarios reales de los inmuebles, ya que hay numerosos herederos, lo que se agrava en muchos casos por embargos por parte de entidades financieras», se lamenta Teo García.

Esta forma de proceder de la Concejalía de Urbanismo se ha desarrollado a lo largo de estos últimos años y, especialmente, durante esta legislatura. Así, en 2018 se tramitaron 86 expedientes de órdenes de ejecución que, de acuerdo a la normativa, intentan dar respuesta a problemas de seguridad, salubridad y ornato . «El objetivo fundamental es garantizar la seguridad de las personas y de los bienes», aclara.

De los 86 expedientes abiertos, sólo 25 han requerido dictar órdenes de ejecución mediante decreto de la Concejalía de Urbanismo, de las cuales 13 se han ejecutado de acuerdo a las indicaciones. De ellas, 7 están finalizadas, mientras que 6 han rehabilitado el inmueble con proyectos técnicos.

De las 12 restantes de esas 25, 5 han sido incumplidos y 7 están en proceso de tramitación, es decir, pendientes de notificación, localización de propietarios, resolución de los recursos y prórrogas para presentación de los estudios o para la realización de las obras.

Solar abandonado al lado de la iglesia de San Miguel el Alto A. Pérez Herrera

Por lo tanto, según concluye el concejal de Urbanismo, más del 85% de los expedientes iniciados se resuelven de forma satisfactoria y el cumplimiento de órdenes dictadas supera un 80%, mientras que los incumplimientos no llegan al 20%. Como balance de legislatura, se han hecho 134 decretos de órdenes de ejecución, de las cuales se han incumplido 34 y el resto se ejecutaron.

Y del total de expedientes abiertos -86-, 56 son en el Casco histórico de Toledo , lo que representa el 65-70% de todos los casos, como viene siendo habitual. Además, de los 86 casos, 40 son por problemas de seguridad, mientras que 38 lo son por salubridad y ornato.

Cuando se incumplen las órdenes de ejecución, el Ayuntamiento de Toledo impone multas coercitivas que van del 10% acumulado hasta el 100% del coste. En 2018 se pusieron 12 multas con una cuantía de 6.477 euros , informa el edil toledano.

En algunos casos, a su juicio, «la demolición es lo más fácil, pero no es lo que marca la ley. La ciudad de Toledo es muy compleja. Hay casas que están en una situación pésima y lo más sencillo sería demolerlas, pero hay normativas de preservación del patrimonio que nos obligan a que cualquier demolición sea controlada arqueológicamente».

A pesar del gran número de edificios en ruinas que sigue existiendo en el Casco de Toledo, el concejal de Urbanismo subraya el trabajo realizado para la toma de conciencia de los propietarios, y de la ciudadanía en general. «Los toledanos son cada vez más conscientes de que hay que mantener los inmuebles en las debidas condiciones de seguridad, salubridad y ornato, y sobre todo en la contribución que se está haciendo para mejorar la imagen de nuestra ciudad».

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