CULTURA

El archivo municipal expone en su web «Noticiar la muerte en Toledo»

Se trata de una muestra de más de 80 esquelas de toledanos aparecidas entre 1855 y 1977, además de fotografías del antiguo cementerio municipal

TOLEDO Actualizado: Guardar
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El archivo municipal ha organizado en su página web ( «www.ayto-toledo.org/archivo/archivo.asp») la exposición «Noticiar la muerte en Toledo», que muestra más de 80 esquelas de toledanos aparecidas entre 1855 y 1977, además de fotografías del antiguo cementerio municipal, que cerró en 1893.

La exposición enseña cómo se transmitía la muerte en una ciudad que aún tiene la costumbre de colocar esquelas en espacios públicos de forma bien visible, por ejemplo en el entorno de la plaza de Zocodover.

También se pueden ver cuatro oraciones fúnebres, pertenecientes a la Colección Luis Alba, los tres reglamentos que han establecido el funcionamiento del camposanto toledano (de 1893, 1976 y 2010) y fotografías de las sepulturas de 35 personas que tuvieron una especial relación con la ciudad.

En la muestra están algunos trabajos de los insignes toledanos Antonio Martín Gamero, famoso historiador del siglo XIX, y Casiano Alguacil, el fotográfo fallecido en 1914.

Gabriel y Carmen

Una de las historias singulares de la exposición es la de Gabriel Melitón Baños y su hija Carmen. La niña nació en 1877, pero a los 15 días se murió su madre, Isabel Moreno Sánchez, y la niña quedó huérfana.

El padre, profesor de Música, educó a su hija en un ambiente musical y la pequeña mostraba aptitudes, pero falleció el 23 de julio de 1889, con 11 años. La muerte dejó en su padre un inmenso dolor, como recogió en una reseña necrológica José María Ovejero, director de la revista Toledo: «La situación de nuestro querido amigo es de las que no pueden expresarse; su desventura es simplemente inmensa».

El cadáver de la niña se inhumó en el cementerio municipal de entonces, el de Vega Baja (que hoy es el instituto de secundaria María Pacheco), y cuando se inauguró el actual, en 1893, su padre adquirió terrenos a perpetuidad para construir un panteón y trasladar los restos de su hija, como hicieron muchos otros toledanos.

Una vez construido el panteón, el padre decidió imprimir el folleto «In memorian», que sus descendientes donaron al archivo municipal. «El padre quiso recordar a su hija y nosotros hemos querido cumplir el deseo de aquel padre», explica el archivero municipal, Mariano García Ruipérez.

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