25 años mirando al río... Y sin poder bañarse

El Tajo ha sido protagonista en estos años por sus crecidas, su contaminación, las obras en sus riberas... y también ha centrado muchos enfrentamientos políticos

Toledo Actualizado: Guardar
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El «padre Tajo», como tantas veces lo ha denominado en su «Alfileritos» José Ponos, ha protagonizado en muchas ocasiones las páginas de ABC en sus veinticinco años de vida, lamentablemente buena parte de las informaciones han hecho referencia a su degradación, aunque los diferentes gobiernos se hayan afanado por adecentar su entorno a su paso por la capital regional y Talavera de la Reina.

Fue en julio de 1976 cuando se celebró la primera manifestación en Toledo para exigir una solución a la grave contaminación del río y que contó con la asistencia, según las crónicas de aquella época, de más de 5.000 personas. Fue el inicio de unas reivindicaciones que se han mantenido a lo largo de los años

y que, a pesar del tiempo transcurrido, no ha habido grandes avances en cuanto a la situación del río, más bien al contrario, en la actualidad, el escaso caudal y la contaminación siguen siendo los principales problemas.

Tampoco ha cambiado mucho el enfrentamiento político por el Tajo. La llamada «guerra del agua» sigue más viva que nunca y lo seguirá estando mientras el trasvase siga funcionando y las administraciones afectadas sean de diferente signo político, aunque esta historia merece un reportaje específico que ofreceremos más adelante.

Hoy nos detendremos más detalladamente en la historia periodística del río a su paso por Toledo y Talavera. Y uno de los temas de los que más se ha escrito en el periódico en estos años ha sido sobre cuándo los toledanos volverían a bañarse en el Tajo.

Bañarse en 2015

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo en el año 2007, José María Macías, auguraba entonces que «allá por el año 2015», el río volvería a ser apto para el baño. Mejores previsiones tenía el expresidente de Castilla-La Mancha, José Bono, que también se atrevió a vaticinar ya en 1996 que los toledanos se iban a volver a bañar en el río. Un argumento que incluso se utilizó en una campaña electoral en la que el PSOE buzoneó por toda la ciudad unos panfletos con una postal del río en los años 60 en los que decía que «el agua volvería a estar limpia».

Entonces era el Partido Popular quien gobernaba en el Ayuntamiento de Toledo -corría el año 2006-, a cuyo alcalde, José Manuel Molina, responsabilizaban los socialistas de permitir que se incumpliera el caudal ecológico del río Tajo. Y era el hoy presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, entonces vicepresidente segundo de la Junta, quien hablaba de «flagrante incumplimiento legal y una auténtica vergüenza» y culpaba al Ayuntamiento toledano de un «silencio clamoroso». Todo ello motivado por la aprobación de una nueva derivación de agua al Levante. Parece que el tiempo no ha pasado.

Lo que sí ha cambiado en todos estos años ha sido el entorno del río. En Toledo, en julio de 2010 se inauguró el último tramo de la senda ecológica, lo que hace posible, desde entonces, pasear por los márgenes del río desde el recinto ferial de La Peraleda hasta Santa María de Benquerencia, lo que dota a la ciudad de casi 15 kilómetros de vereda bordeando el Tajo.

Plan de Riberas en Talavera

Y quien no recuerda el cambio que experimentó Talavera de la Reina con la puesta en marcha del Plan de Ordenación de la Riberas del Tajo. Fue el 24 de abril de 1997 cuando la entonces ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, presentó este proyecto, valorado en 4.000 millones de pesetas.

A partir de ese momento fueron numerosas las informaciones que ABC ofreció sobre este proyecto, que cambió la fisonomía de la ciudad de la cerámica. Primero, los retrasos de la obra. En noviembre de 1999, se publicaba que «las obras de recuperación de las riberas del Tajo comenzarán después de Navidad», según había dicho el presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo en aquella época, José Antonio Llanos, quien desmentía que sufriera un retraso notorio, como había asegurado la oposición, en aquel entonces socialista.

Fue en enero de 2000 cuando comenzaron las obras de rehabilitación de las riberas del Tajo a su paso por Talavera como había anunciado la empresa Dragados, encargada de su construcción.

Unas obras que, durante su desarrollo, también sirvieron de enfrentamiento político entre populares y socialistas. Y en medio Carmen Riolobos. La portavoz regional del PP, diputada en las Cortes regionales en el año 2000, ha defendido siempre esta importante actuación -realizada en el mandato de José María Aznar-. Entonces, ante las críticas que hacía el alcalde de Talavera, el socialista José Francisco Rivas, sobre el mal estado del Tajo, le recordaba Riolobos que «nunca el PSOE en todos sus años de mandato, ni en España ni en los 18 años de Bono en Castilla-La Mancha, hizo tanto por este río como ahora el PP».

Dieciséis años después la Confederación Hidrográfica del Tajo vuelve a poner en marcha una iniciativa para la recuperación de las márgenes del Tajo. El pasado mes de abril eligió el proyecto «Cuando el río suena» con el que se pretende rehabilitar las riberas del río y sus elementos patrimoniales.

También ayer publicábamos en estas páginas que la playa de los Arenales de Talavera se abría como zona de paseo, tras el acondicionamiento de la zona después de la crecida del río el pasado mes de mayo. Eso sí, una playa donde no está permitido el baño, ante la contaminación que sufre el agua.

Una contaminación que fue portada en ABC -no sólo en Toledo, sino en toda España- el 2 de agosto de 2000 con este titular: «Una fuga en un tanque de la central térmica de Aceca origina en el Tajo una mancha de fuel-oil de 10 kilómetros».

El vertido de Aceca

Fue en la tarde del 1 de agosto de 2000 cuando se produjo el vertido contaminante más grave al Tajo en 25 años. Fue la noticia del verano y de los meses siguientes, y también del año 2005, cuando se celebró el juicio por este caso.

Así daba ABC la noticia: «A las seis de la tarde de ayer se produjo un vertido de gasóleo en la central térmica de Aceca, situada en Villaseca de la Sagra (Toledo), que originó una onda contaminante de combustible que afecta con elevados índices de toxicidad a las aguas del río Tajo y que se iba acercando a la capital. Expertos valencianos intentan contener la mancha con barreras flotantes mientras que las autoridades han prohibido el consumo del agua».

Tras las informaciones sobre los trabajos de recuperación del tramo del Tajo afectado por el vertido también se informó de las sanciones. El presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo, José Antonio Llanos, tras visitar la zona afectada, anunciaba que sancionaría, previsiblemente, con una multa de cien millones de pesetas a la central térmica.

En el juicio celebrado cinco años después, los peritos afirmaron que «el deficiente mantenimiento de la central de Villaseca, su defectuoso diseño y su obsolescencia provocaron el vertido de 300.000 litros de fuel-oil al río Tajo, cantidad doce veces superior a la cifra dada por Aceca».

También el río ha protagonizado, en su curso por la provincia, historias tristes de ahogamientos que han quedado reflejadas en estos 25 años. La última fue en 2010 con la muerte de un joven piragüista que conmocionó a la ciudad.

Pero pondremos fin a este repaso con noticias más livianas y en las que eran protagonistas las barcas.

Las barcas del Tajo

En el año 2000 informábamos de que en la localidad de Añover de Tajo se había celebrado un pleno para debatir la rehabilitación de una barca que facilitase el tránsito de los agricultores de una orilla a otra del Tajo debido al corte del puente del CM-4004, y que no salió adelante; de Carpio de Tajo, mostrábamos diferentes fotografías sobre la inauguración, en septiembre de 2002, de la barca para el paso del río.

Y en Toledo, ABC se hacía eco en el año 2008 de las quejas del presidente de la Asociación de Vecinos «La Cornisa», Eugenio Marín, quien mostraba su descontento con la actitud del Ayuntamiento hacia su barrio. Su principal queja tenía que ver con las condiciones de abandono que sufría la barca a motor que cruzaba el río Tajo.

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