ARTES&LETRAS DE CASTILLA-LA MANCHA

«El último poema» de Pedro A. González Moreno en «Álora, la bien cercada»

Se publica un poema inédito del poeta y escritor de Calzada de Calatrava en el 25 Aniversario de esta Revista Internacional Políglota de Poesía y Dibujo

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Con motivo de su XXV aniversario, «Álora, la bien cercada», revista Internacional Políglota de Poesía y Dibujo, no venal, ha reunido una serie de poemas y dibujos inéditos correspondientes a una selección de autores que se han publicado a lo largo de los últimos 25 años. Consta de mil ejemplares y ha sido impresa bajo la dirección y el cuidado de los poetas José María Lopera, director de la publicación, e Isabel Miguel. Está patrocinada y editada por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Álora, con la colaboración de la Diputación Provincial de Málaga.

Portada de «Álora»
Portada de «Álora»

Entre los autores seleccionados para formar parte de este número especial destaca el poeta y escritor castellano-manchego Pedro Antonio González Moreno (Calzada de Calatrava-1960), con una trayectoria plagada de galardones y reconocimientos en el mundo de la literatura.

El autor del bellísimo poemario de «El ruido de la savia» ha obtenido los premios «Joaquín Benito de Lucas 1985», accésit del premio «Adonais» 1986, «Villa de Madrid-Francisco de Quevedo 1997», «Tiflos 2005», «Alfonso el Magnánimo 2010», XXIV «José Hierro» 2013, «Villa de Aoiz» 2006, «Manuel Alcántara» 2007 y IX premio «Río Manzanares» de novela.

También fue ganador del premio «Fray Luis de León» 2014 en la modalidad de Ensayo, por su obra «La musa a la deriva». Su poesía, de sesgo elegíaco, reitera símbolos como el fuego, la ceniza, el humo y las ramas para evocar un viaje interior. Reproducimos, bajo estas líneas, el poema de Pedro A. González Moreno incluido en la revista «Álora, la bien cercada».

EL ÚLTIMO POEMA

Con cera y ramas secas

de nidos, con los juncos

que enhebraban la música rota del arroyo,

tejíamos los sueños más oscuros

de la infancia. Con sílabas de cera

escribíamos nombres que guardábamos

en cuadernos de sombras

para cuando su llama nos fuese necesaria.

En armarios de invierno y en desvanes

heridos de intemperie,

sembramos la semilla de la cera

para que lentamente germinasen,

sobre el frío y el miedo,

las raíces,

las altas ramas de la luz futura.

Pero aún no sabíamos que un día

seca la tinta y seca ya la savia,

con esa misma cera escribiríamos

tal vez el último poema.

PEDRO ANTONIO GONZÁLEZ MORENO

Pedro A. González Moreno
Pedro A. González Moreno
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