ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA

Lugar para el reencuentro (96):Paseo mágico con Virgilio (II)

«El tiempo se nos escapa irreparablemente, pero la belleza, la verdad de su obra dan testimonio de permanencia»

POR BEATRIZ VILLACAÑAS

Nuevo paseo con el sabio poeta mago Virgilio. La magia de los versos de tan grande escritor no es la magia de la ilusión, del espejismo, muy al contrario: es la magia de la verdad , de lo perdurable, la magia de aquello que nos habla desde lo cierto y lo bello, testigo de lo permanente . Bien sabe y afirma el poeta que el tiempo se nos escapa irreparablemente, Fugit irreparabile tempus, pero la belleza, la verdad de su obra dan testimonio de permanencia.

Stat sua cuique dies, breve et irreparabile tempus omnibus est vitae; sed famam extendere factis, hoc virtutis opus : «Para cada uno hay un tiempo asignado, breve e irreparable es el tiempo de la vida de todos, pero tarea es de la virtud hacer perdurable su fama por sus hechos»). Así es la obra de Virgilio, perdurable, trascendiendo el breve tiempo de la vida de cada uno y el suyo también, su propio breve tiempo humano. Trascendente, sí, es la obra del escritor latino, como lo son los hechos gloriosos de héroes, santos y mártires, trascendente como la obra de los grandes artistas, de poetas, escritores, pintores, escultores , arquitectos, músicos, como la obra y descubrimiento de los grandes científicos: hechos humanos, obras humanas que van más allá de nuestra breve vida mortal: Virgilio, poeta de la sabiduría nos lo dice con la permanente verdad y belleza de sus palabras.

Beatriz Villacañas, poeta

El poeta nos advierte sobre el mal cuando escribe en sus Églogas que «La serpiente está al acecho bajo la hierba» ( Latet anguis in herba ). Y en sus Georgicas: Alitur vitium , vivitque tegendo («El vicio medra y vive ocultándose»). En La Eneida nos da esperanza con estas palabras: «Podrán venir tiempos mejores para quienes ahora sufren» ( Forsan miseros meliora sequentur ). Conocedor del poder del espíritu, afirma, en La Eneida Virgilio: Mens agitat molem («La mente mueve la materia»), recordándonos, una vez más, lo que la experiencia también nos enseña: que la voluntad es un motor de extraordinaria fuerza , que grande es el poder del creer poder, que, en pensamiento religioso, «La fe mueve montañas» . Nos anima el poeta a no ceder ante el mal, sino a hacerle frente: Tu ne cede malis, sed contra audentior ito . Y mucha es la fuerza que para ello nos dan sus palabras.

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