José Luis Morante, en su despacho
José Luis Morante, en su despacho
ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA

José Luis Morante: «Castilla-La Mancha vive un momento álgido en la literatura»

El crítico, poeta y jurado de importantes premios habla de la cosecha editorial de 2016

POR MARÍA JOSÉ MUÑOZ/TOLEDO Actualizado: Guardar
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La mirada lectora de José Luis Morante (El Bohodón, Ávila, 1956) no excluye ningún género literario. Profesor de larga experiencia, poeta, antólogo, crítico y jurado de importantes premios, deja sus impresiones para Artes&Letras sobre el paisaje creativo de 2016, año con una estimable cosecha en las estanterías.

-¿Es partidario de estas listas de urgencia?

-Son subrayados muy útiles para los que tienen un tiempo lector reducido; son propuestas parciales, tanteos que sobre todo muestran una forma personal de acercarse a los libros. Se tiende a ser objetivo pero los gustos varían y, por tanto, no hay que tomarse las preferencias al pie de la letra. Más bien como recomendaciones aprovechables para buscar encuentros personales con los libros.

-¿Algo especial o distinto en el año que acaba de irse?

-Creo que es innegable que la concesión del Premio Nobel a Bob Dylan ha generado un tsunami mediático que ha fragmentado a los seguidores del premio. Soy de los que piensan que es un error; no es un premio personal sino un reconocimiento al papel difusor de cantautores como Joan Baez, Georges Moustaki, Leonard Cohen y tantos otros que fundieron música y poesía en sus voces y en sus letras… Pero el Nobel les queda grande, como una talla desajustada. Con el Premio Cervantes, el máximo reconocimiento en castellano, el asunto estuvo más atinado; Eduardo Mendoza es un indiscutible.

-¿Tampoco considera acertado el Premio Príncipe de Asturias de las Letras para Leonard Cohen?

-Tampoco; creo que cada faceta creadora tiene sus claves y estas no son espacios públicos sino méritos privados. Los cantautores emplean un léxico comunicativo que busca el calado inmediato, la emoción epidérmica. Y eso facilita un mayor alcance de su activo creador. No voy a enmendar la plana a jurados tan prestigiosos, pero disentir es decir lo que está más cerca de mi forma de entender la ciudad literaria.

-¿Otras señales de paso?

-Sigue sin resolverse esa convivencia exasperada entre el formato papel y el digital; los editores se quejan de las escasas ventas y hay géneros como la poesía que tienen una difusión mínima. Tampoco la cuestión de género oferta soluciones en pos de una igualdad real entre ambos sexos; prosiguen los estereotipos en la producción cultural.

-¿Cuáles son los títulos de referencia que deja 2016?

Me ha gustado especialmente la novela Patria, de Fernando Aramburu; es un libro cuyo marco histórico es el País Vasco de la transición, esa hermosa tierra asolada por la barbarie terrorista de ETA y por sus efectos secundarios en la convivencia social: la delación, el silencio, la confrontación política, el dolor, las víctimas… Una novela que obliga a una lectura ética. La concesión del Premio Nacional de las Letras a Juan Eduardo Zúñiga acerca al lector su trilogía sobre la guerra civil de la que yo prefiero la entrega Capital de la gloria.

-¿Sigue la poesía en voz baja?

-Sé que una parte del público considera a la poesía un género pintoresco y elitista, pero yo no comparto esa consideración en absoluto. Vivimos en una etapa donde la palabra lírica concede muchas respuestas y sirve para indagar la sensibilidad esencial del ser. Así que no está mal regresar a la poesía de Antonio Colinas, un autor novísimo que ha desarrollado un largo trayecto. Y los que deseen conocer la última poesía en castellano, no tardarán en descubrir que vivimos un tiempo de cosecha feliz, ahí están los nombres de Rubén Martín Díaz, Elena Medel, Martha Asunción Alonso o Verónica Aranda para demostrarlo. El año que viene se hablará mucho de la poeta Julia Uceda, un nombre del cincuenta que ha dejado una estela de emoción y pensamiento.

-¿Algún género ha tenido un crecimiento exagerado?

-Sin duda el aforismo, el mensaje escueto de la red social, la lectura fragmentaria de la realidad y la disparidad de intereses de lo cotidiano ha ocasionado un cultivo sorprendente del género, así que aquí mi recomendación es clara, La levedad y la gracia, un conjunto de ensayos sobre el aforismo de Manuel Neila, el poeta y crítico que mejor ha estudiado el aforismo hispánico.

-¿Cómo es la salud literaria de Castilla- La Mancha?

La Comunidad vive un momento álgido, de tal modo que sus escritores ocupan un lugar destacado en el panorama nacional. Basta recordar los reconocimientos de primera línea: Constantino Molina Monteagudo ha ganado el Premio Nacional de Poesía Joven, 2016, y Andrés García Cerdán el Premio Internacional de Poesía San Juan de la Cruz.

Otro momento especial ha sido el crecimiento del sello editorial Chamán, impulsado por Pedro Gascón y Ana Isabel Toboso, o la publicación de la antología El peligro y el sueño, que agrupa la escuela poética de Albacete al completo, casi cincuenta nombres propios. Y siguen activos y con mucho que decir los grandes escritores de la región, Antonio Martínez Sarrión, Dionisia García, Hilario Barrero, con anunciados regresos a las estanterías en un breve plazo.

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