Teatro de Rojas

Clara Sanchis: «Seré femenista mientras haya distintas formas de maltrato»

La actriz llega con «Una habitación propia» llega a Talavera de la Reina el 27 de mayo, con un espectáculo en el que hace repaso a la situación de la mujer

Clara Sanchis durante la representación «Una habitación propia» con la que está realizando una gira ABC
Francisca Ramírez

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A pocas horas de subirse al escenario del Teatro de Rojas de Toledo con la obra «Una habitación propia», Clara Sanchis (Teruel, 1968) cuenta a ABC el viaje que realiza en solitario cada vez que representa este espectáculo. Sanchis recuerda que el libro de Virginia Woolf le ha servido para repasar la situación de las mujeres y reflexionar sobre su futuro.

Para presentar este espectáculo, la actriz recuerda una de las frases que Virginia Woolf plasmó en este ensayo: «Una mujer debe tener dinero y una habitación propia, si desea escribir ficción», con las que -insiste Sanchis- la autora británica se refería a las desigualdades que sufrían las mujeres tras la aprobación de la ley del sufragio femenino en Reino Unido y que, 90 años después, «aún siguen vigentes».

¿En qué se parecen Virginia Woolf y Clara Sanchis?

Ya quisiera parecerme a ella. Una de las cosas con las que más conecto con Woolf es con su feminismo, que creo me permite contemplar y entender la situación de la mujer. También quiero creer que en el sentido del humor; una cierta tendencia a desdramatizar con sentido del humor, a reírme de mí misma siempre y a no tomarme los problemas demasiado en serio.

¿Cómo trabajó el personaje?

Cuando descubrí el libro, me causó una gran conmoción. Por un lado, la lectura me produjo mucho dolor y rabia. También muchas risas, porque con Virginia Woolf estás un rato riéndote y luego se te saltan las lágrimas. Diez años más tarde, estaba buscando un proyecto propio de teatro y recordé esta obra. Entonces, María Ruiz y yo vimos la posibilidad de hacer este espectáculo y nos lanzamos a hacerlo por pura pasión.

¿Es complicado estar sola ante los espectadores?

-Tengo un material tan deslumbrante, lleno de descubrimiento, una especie de viaje en busca del grial, que eso me ayuda mucho porque sé que tengo unas frases que conmueven y despiertan, que producen mucho sentimiento como me lo produjo a mí en la lectura. Pero, sobre todo, intento estar muy concentrada en lo que digo y en que me entiendan, es decir, en tener una comunicación real con el espectador.

En la obra se habla de violencia de género, desigualdad de la mujer a nivel artístico y salarial...

Creo que hay una revolución que es imparable. La buena noticia es que están participando los jóvenes y los hombres. Creo que este camino hacia la igualdad real es imparable, aunque va demasiado lento. Me parece absolutamente necesario que se estudie en los colegios el pasado histórico de esta desigualdad. Libros como «Una habitación propia» o «Tres guineas», de Virginia Woolf, nos deben servir para conocer el desarrollo de la mujer a lo largo de los siglos.

¿Cree que obras como ésta son necesarias para recordar el pasado de la mujer, y seguir avanzando?

Absolutamente. Ese pasado nos da las claves de situaciones que están ocurriendo actualmente y nos da las herramientas para cambiar. Las mujeres necesitamos saber de dónde venimos. Por eso, después de ver esta función, entendemos por qué no tenemos grandes referentes femeninos en el arte. Esta obra es una gran ayuda para nuestra autoestima, que, por cierto, está muy malograda.

¿Es usted feminista?

Sí, por supuesto. Me considero feminista mientras siga existiendo todas las distintas formas de maltrato. Una de ellas, por supuesto, es la brecha salarial. Esto es un menosprecio. En toda esta cadena de maltrato, donde están todos los «micromachismos» cotidianos que las mujeres vivimos y que acaba en maltrato físico, en violaciones y asesinatos, es imposible no ser feminista. No podemos obviar esta horrible situación y mirar hacia otro lado.

¿Qué tipo de público acude a esta función?, ¿asisten más mujeres que hombres?

Desde que se estrenó la obra en diciembre de 2016 notó que el público ya sabe a qué viene. Creo que está viniendo unos espectadores que tienen un interés muy concreto. Y también acuden jóvenes (hombres y mujeres) que tienen la necesidad de escuchar las palabras que plasmó en su obra la autora de “Orlando”. El otro día, había un chico de 22 años que me esperó a la salida del teatro, me contó que se les había saltado las lágrimas y le parecía maravillosa la obra. Eso creo que es una buena noticia.

¿Qué representa para usted llegar a Toledo?

Me encanta Toledo porque está a la altura de Florencia. Es una ciudad maravillosa, para perderse y para mirar desde cualquier esquina. Esos cielos, esos tejados. Al Teatro de Rojas he venido varias veces. Recuerdo que estuve con las obras «Prospero sueña Julieta» y «Donde hay agravios no hay celos», que me permitieron disfrutar de este precioso escenario y de sus espectadores.

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