El arzobispo de Toledo, al término de una ceremonia B
El arzobispo de Toledo, al término de una ceremonia B - Ana Pérez Herrera

El arzobispo de Toledo contrapone los Santos con la «fealdad» de Halloween

En su escrito semanal, el prelado comenta que los Santos tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, son presentados «como ejemplo de fidelidad, de perseverancia, como ánimo para la paciencia y la lucha»

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El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, ha contrapuesto la trascendencia de la fiesta de Todos los Santos, con la que la Iglesia católica abre el mes de noviembre, con la «fealdad» de la fiesta de Halloween, a la que ha definido como «una parodia de la muerte con fines consumistas».

En su escrito semanal, el prelado comenta que los Santos tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, son presentados «como ejemplo de fidelidad, de perseverancia, como ánimo para la paciencia y la lucha» y que «por esta razón, los cristianos no hacemos, pues, la víspera del 1 de noviembre una parodia de la muerte».

Rodríguez ha cuestionado esta parodia, que se realiza «con manifestaciones no precisamente bellas de un aquelarre de cadáveres o escenas de miedo, que no sé si dan ganas de reír o llorar por la banalidad a la que se somete la muerte».

Por el contrario, los cristianos: «Preferimos fijarnos en el triunfo y la alegría que la vida de resucitados trae en nuestras vidas por Jesucristo, triunfante en sus santos», añade el arzobispo.

En este sentido, resalta: «Sin negar la posibilidad de vivir la fiesta del 1 de noviembre, llenándola de máscaras que parecen reirse de la muerte de manera desenfadada o de temor y desesperanza en la que no cabe la fe en la resurrección de los muertos, la Iglesia Católica abre el mes de noviembre con la gran fiesta de Todos los Santos».

Asimismo, señala que la liturgia de este día «ha sido un cántico de alabanza a Dios que en sus elegidos ha obrado la maravilla de la santificación. Respondiendo valientemente a la llamada de Dios, los santos gozan del premio eterno, son intercesores nuestros, ejemplo de fidelidad y fortaleza para nuestra debilidad e igualmente para nuestro deseo de ser cristianos de verdad».

Los cristianos «creemos que Jesucristo ha resucitado y pedimos en noviembre y en todo tiempo por nuestros hermanos que durmieron con la esperanza de la Resurrección», subraya el arzobispo de Toledo.

También hace referencia a los funerales cristianos, en los que «la esperanza cierta de la Resurrección es uno de los temas tratados con más fuerza».

El mismo enterramiento «esconde este significado profundo: la Iglesia deposita el cuerpo del difunto en las entrañas de la madre tierra, como el agricultor siembra en el surco la semilla, con la esperanza de que un día renacerá con más fuerza, convertido en un cuerpo transfigurado y glorioso».

Y destaca: «Este rito simbólico nada tiene que ver con la fealdad de Halloween, una parodia de lo que es la muerte con fines consumistas».

E arzobispo insiste en su escrito en que «nada tenemos en contra de desfiles de máscaras, de fiestas o encuentros y visitas de acá para allá», pero reitera que «esa manera de entender la muerte nada tiene que ver con la esperanza cristiana y la fe en la resurrección de los muertos».

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