50 años después de la prohibición del baño, el Tajo aumenta su SOS
Este domingo se cumplen cinco décadas del decreto gubernamental que terminaba con el baño en el río
Cincuenta años después no hemos mejorado, es evidente. Todo lo contrario; hemos ido a peor en lo que parecía una obligación de todos: volver a recuperar las aguas del río Tajo para disfrute de los ciudadanos. Fue como hoy otro 19 de junio, en este caso de 1972, cuando el gobernador civil de Toledo comunicó a través de un oficio a todos los alcaldes de las poblaciones toledanas surcadas por el Tajo que, en cumplimiento de la circular número 48 de la Dirección General de Sanidad, quedaba prohibido el baño público en el cauce al comprobarse que sus aguas estaban contaminadas. Los ayuntamientos debían fijar carteles que anunciaran esa prohibición en lugares visibles y estratégicos, adoptando medidas para su cumplimiento.
Tras el acuse de recibo, el ayuntamiento de la capital redactó una «nota», que remitió a los medios de comunicación locales, en la que indicaba que, en cumplimiento de esa circular,«queda terminantemente prohibido bañarse en el trayecto del río por todo el término municipal».
El consistorio informa que «así fue recogida y publicada en el periódico toledano El Alcázar, en su ejemplar de 24 de junio de 1972. De la noticia se hicieron eco, además, otros diarios nacionales como el ABC (Madrid) y La Vanguardia (Barcelona) en sus ediciones del día 27 de junio de 1972. Por esas fechas, el Ayuntamiento mandó colocar carteles, que anunciaban la prohibición, en los lugares tradicionales de baño de los toledanos con el texto escrito en español, francés e inglés, como refleja la foto realizada de uno de ellos, hacia 1973, por Rafael del Cerro Malagón».
Hace dos semanas, en la zona de Safont, donde en su día el río tuvo una especie de playa para el baño de miles de personas, se celebró un festival reivindicativo bajo el lema ‘Música por el Tajo. 50 años de nuestro río ’. Su principal impulsor -el director de la Real Fundación de Toledo, Eduardo Sánchez Butragueño- señaló que esta acción de carácter festivo servía «para conmemorar, que no para celebrar, algo tan triste como el 50 aniversario de la prohibición del baño en el río». Yañadía que «animo a todo el mundo a venir y a reivindicar, con alegría y esperanza, la defensa del Tajo de manera optimista, esperanzadora, alegre, lúdica y participativa, a través de la música, la comida y la bebida». Luego pidió «huir del pesimismo y la lamentación que, a menudo, ha guiado la defensa del Tajo en últimos años».
Lo que resulta una triste coincidencia es que solo unos días después de esas jornadas reivindicativas, en el mismo paraje del río donde se celebraron, la Cátedra del Tajo denunció una «alarmante bajada» del caudal de río a su paso por la ciudad de Toledo en Safont.
La Cátedra del Tajo , creada para su defensa, denunció en sus redes sociales que existe un alto riesgo para las poblaciones de peces, y aseguran que el pasado día 8 por la tarde apenas «un hilillo de agua era capaz de superar el azud de Safont», en donde ya están apareciendo islas de arena por la bajada del caudal.
Política de décadas
Por el camino, durante cinco décadas han quedado numerosas manifestaciones, episodios lamentables de contaminación, especialmente desde la zona de Madrid, a los que nadie ha puesto remedio; y sobre todo el mazazo de los trasvases, inexorables mes a mes, que han ido mermando la vida del río.
Y del episodio político, casi mejor no hablar. El cauce y su mal estado han servicio de bandera política y de arma arrojadiza de unos contra otros, pero el resultado está ahí. Un hecho incontestable, porque precisamente esa prohibición del baño es hoy también un baño de realidades. Pero el debate seguirá y veremos con qué resultados.
Durante estas cinco décadas, solo el movimiento social ha estado al pie del cañón, aunque esa protesta no ha logrado vencer lo que también en este tiempo ha derivado en una guerra entre comunidades: la del territorio por donde pasa el río y las del Levante, que reciben su agua a través del cauce del trasvase, muchas veces más caudaloso que el propio río.
Una de estas asociaciones, la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo , ha anunciado que se reanudan las concentraciones mensuales en defensa del río que habían sido interrumpidas por la pandemia. Y anima a la ciudadanía a que este domingo, el de la efemérides de la prohibición del baño, se sume a las protestas que hoy tendrán lugar.
Por la mañana, habrá un recorrido y visitas por diferentes lugares emblemáticos de la ciudad, desde los que se desplegarán grandes pancartas, con las que se fotografiarán, para dar testimonio de ello en redes sociales y medios de comunicación. Por la tarde, a las 20:00 horas, habrá una concentración en el Mirador de la Cava, junto al puente de San Martín, donde se volverán a convocar las concentraciones todos los días 19.
La Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo convoca hoy a visitar varios parajes y una concentración en el Mirador de la Cava
En un comunicado de esta plataforma, se indica que la situación del río Tajo es «una lacra que en 50 años no nos hemos quitado; incluso a pesar de la abundante y ambiciosa legislación ambiental que tiene como referencia a la Directiva Marco del Agua desde hace 20 años, y el refuerzo de otras directivas y reglamentos.
Las triquiñuelas, burlas e intercambios políticos de cromos siguen prevaleciendo sobre su riguroso cumplimiento y sobre las sentencias del Tribunal Supremo, en lo que se refiere al establecimiento bien entendido de caudales ecológicos en el Tajo con los que devolver la vida al río.
Ante la escasez de actos programados -con excepción del Festival de Música por el Tajo, puesto en marcha por la Real Fundación de Toledo-, la plataforma de Toledo hace un llamamiento ciudadano a participar en los actos de ese festival; y, sobre todo, a confeccionar su propia pancarta con la que acudir y exhibir en ventanas y balcones «para repudiar el mal estado del Tajo desde hace 50 años, víctima de la contaminación y del expolio trasvasista».
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