La «labor fundamental» de la Policía Nacional en un «Estado de derecho»
En el día de los santos Ángeles Custodios, patrón del cuerpo, el delegado del Gobierno critica a Page por gobernar con quienes apoyan el independentismo
El día más importante de la Policía Nacional, el de su patrón, los santos Ángeles Custodios, estuvo impregnado del conflicto por el independentismo de Cataluña . Tres de los funcionarios reconocidos con la cruz al mérito policial no pudieron recoger su medalla al estar en dicha comunidad autonóma cumpliendo con su deber.
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«Un fuerte abrazo y palabras de aliento a nuestros compañeros que están trabajando en un territorio muy querido con el objetivo de proteger el libre ejercicio de derechos y libertades, la defensa de la Constitución y la unidad de España», dijo este lunes el jefe de la Policía Nacional de Castilla-La Mancha, Félix Antolín Diego, que provocó los más encendidos aplausos de los presentes. También el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio, destacó la «labor fundamental» que realiza la Policía Nacional «en un Estado de Derecho».
Gregorio aprovechó el acto para criticar al presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, por gobernar con Podemos, partido que aboga por un referéndum para la autodeterminación de Cataluña. «No es coherente que unos defiendan la unidad de España y a la vez tengan en su gobierno partidarios del separatismo catalán », dijo quien apostó por que, «ahora más que nunca, todos estemos unidos».
La celebración en la Jefatura de la Policía de Castilla-La Mancha, en Toledo, fue más corta de lo habitual. Apenas duró media hora entre los discursos de Félix Antolín y José Julián Gregorio, la imposición de las condecoraciones a los policías más brillantes y el homenaje a los caídos en el ejercicio de su deber.
Fue, como siempre pasa en estos casos, un acto más bien emotivo. Ya lo avisó el jefe de la Policía Nacional de Castilla-La Mancha al comienzo de su discurso: «Hoy voy a hablar de sentimientos». Félix Antolín afirmó que la Policía Nacional tiene «una obsesión: servir a España», y que en Castilla-La Mancha se sienten «confiados, queridos y respetados» por la ciudadanía».
Hubo un recuerdo especial para Blas Gámez Ortíz , el subinspector del Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Valencia que hace menos de un mes murió acuchillado en plena calle cuando se disponía a detener al presunto sospechoso de un crimen. Blas Gámez prestó servicios en los GEO de Guadalajara y sobre él Félix Antolín contó una anécdota: el orgullo que supone que al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, los hijos del policía asesinado le dijeran que quieren seguir los pasos de su padre en el Cuerpo.
Mientras, José Julián Gregorio puso los datos a esa «labor fundamental» de la Policía Nacional. Por ejemplo, que la tasa de criminalidad en Castilla-La Mancha se sitúa en 31,2 por cada 1.000 habitantes, doce puntos por debajo de la media nacional, según la última cifra, perteneciente al segundo trimestre de 2017. «Hoy me siento orgulloso de trabajar con vosotros», les reconoció el delegado del Gobierno, la máxima autoridad en un acto al que también acudieron el vicepresidente del Gobierno regional, José Luis Martínez Guijarro, el secretario general del PP, Vicente Tirado, o la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón.
