Acusado un cartero de apropiarse de tarjetas de crédito y sacar con ellas casi 30.000 euros en El Casar

Los hechos, por los que se enfrenta a cinco años de cárcel, ocurrieron entre junio de 2016 y abril de 2017 cuando trabajaba en Correos

El acusado, en el juicio con jurado popular en la Audiencia Provincial de Guadalajara ABC

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Varios de los testigos citados a declarar en el juicio contra el cartero de Correos, F.J.C.M., acusado de apropiarse de casi 30.000 euros tras acceder a las tarjetas y el pin de algunos clientes antes de que llegaran a sus domicilios, han coincidido en la sala en que «nunca» recibieron estas tarjetas en su casa y que el buzón no estaba forzado.

Los hechos se enmarcan entre junio de 2016 y abril de 2017, cuando el acusado era cartero en la zona de El Casar y, supuestamente, se apoderó de las tarjetas de crédito o débito que diversos clientes, remitidas por la entidad bancaria por carta, tras lo cual las utilizó para sacar dinero desde distintos cajeros automáticos situados en Guadalajara, Madrid y Valencia.

El Ministerio Fiscal pide para el investigado una pena de cinco años de prisión por infidelidad en la custodia de documentos y por un delito continuado de estafa informática.

Este lunes se celebró el segundo día de la vista seguida con jurado popular en la Audiencia Provincial de Guadalajara y por la sala pasaron varios testigos. M.J.N., que entonces vivía en la Urbanización ‘El Coto’ y a la que le usurparon de su cuenta entre 13.000 y 17.000 euros, declaró que estuvo «un poquito mosqueada» con el cartero y que fue a Correos a decir que no le había llegado la tarjeta, pero que no le dijeron nada.

Sin embargo, en las imágenes mostradas sobre la retirada de dinero de un cajero, no pudo identificar al acusado como el autor de los hechos. «Parece que sí, pero llevaba perilla, un pendiente y gafas de sol que no se quitaba nunca y me llamaba la atención», dijo sin poder afirmar, por su imagen actual, que fuera la misma persona.

Otro de los testigos perdió 1.200 euros, que también le fueron sustraídos en distintos movimientos e, igualmente, accediendo a una tarjeta que tampoco recibió en su domicilio. Como a R.R., a quien le realizaron diez reintegros hasta llevarse unos 4.000 euros a débito.

Mientras, una amiga del acusado llamada Tania, que en el momento de los hechos le llegó a prestar 1.000 euros porque tenía problemas económicos, se ha mostrado convencida de que es inocente. «Lo sé a ciencia cierta y con el corazón en la mano. Soy psicóloga y tengo mis contactos», comentó, sin aclarar más al respecto, y tampoco reconoció a su amigo en las imágenes en las que una persona aparece sacando dinero de un cajero automático.

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