Las mariscadoras gallegas notan la diferencia en la última década. La temperatura del agua puede estar detrás. Hay menos producto y más pequeño. La Xunta de Galicia ve resultados diferentes entre rías y además del cambio climático, habla de otros factores como depredadores, patologías o baja salinidad por fuertes lluvias. Con el agua a casi 30 grados, una temperatura nunca identificada en esas aguas, el Mediterráneo se queda sin gambas y sin sardinas. En algunas zonas la captura de gamba ha caído a la mitad en las últimas semanas y eso se nota en los precios. Una situación que también notan en la costa catalana. Y para disfrutarla hay que pagar mucho más. En el Delta del Ebro se han perdido 150.000 kilos de mejillones para vender y la cría del año que viene. Lo que aumentará los costes por la subida de los carburantes.-Redacción-
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