Caso Sijena

Los frescos de Sijena seguirán en el MNAC barcelonés por orden judicial

El juzgado 2 de Huesca rechaza la ejecución provisional que dio la razón a Aragón porque ve excesivo riesgo en el traslado

Detalle de parte de los frescos de Sijena, que se exhiben en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) Efe
Roberto Pérez

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Las valiosas pinturas murales que fueron arrancadas del Monasterio de Sijena (Huesca) en 1936 y en 1960 no regresarán, al menos de momento, a este histórico cenobio aragonés. La devolución ha quedado paralizada mientras no haya una sentencia definitiva en el litigio que enfrenta desde hace años al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) con el Gobierno aragonés y el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena.

La juez de Huesca que lleva el caso considera que, hoy por hoy, el traslado de las pinturas murales desde el MNAC barcelonés al Monasterio de Sijena conlleva unos riesgos demasiado elevados , teniendo en cuenta que se trataría de una ejecución provisional de una sentencia que no es firme, ya que fue recurrida y el litigio sigue su curso en los tribunales.

El 4 de julio de 2016, el juzgado número 2 de Huesca dictó sentencia en primera instancia . Dio la razón a la parte aragonesa: el MNAC no es el propietario de esos frescos, disfruta de ellas en depósito, su legítimo propietario es el Monasterio de Villanueva de Sijena y a él deben ser devueltas esas pinturas.

Poco después, tanto el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena como el Gobierno aragonés solicitaron la ejecución provisional de la sentencia Es idéntico trámite que el seguido con el «tesoro de Sijena» , las 97 piezas que han regresado a ese histórico monasterio con la ejecución provisional de otra sentencia similar. Sin embargo, en el caso de los frescos se dan unas circunstancias especiales: el delicadísimo proceso de traslado y recolocación.

En la propia sentencia -que fue recurrida y está pendiente de fallo en apelación-, el juzgado indicaba que era viable el traslado de los frescos, pero con condiciones muy concretas: un detallado plan de transporte y movimiento con garantías técnicas, que el Gobierno aragonés garantizara que se había completado la restauración de la Sala Capitular del Monasterio de Sijena, y que ésta dispusiera de unas comprobadas condiciones de climatización acordes a los requisitos de conservación de esas valiosas pinturas románicas.

La parte aragonesa ha sostenido en todo este tiempo que esos requisitos técnicos se cumplían. El MNAC ha alegado que el riesgo era excesivo y que el traslado podría desembocar en daños irreparables, lo que sería aún más grave teniendo en cuenta que la sentencia no es firme en el litigio sobre la propiedad de estas pinturas.

Informes de los expertos

Al final, la titular del juzgado número 2 de Huesca, Silvia Ferreruela, se ha inclinado a favor del MNAC, tras tener en cuenta los informes periciales que ha recabado, especialmente el emitido por el experto Gian Luigi Colalucci, restaurador de los frescos de la Capilla Sixtina , quien recomienda «extrema prudencia y cautela» ante las condiciones que presentan las pinturas murales de Sijena.

En su auto, la magistrada indica que «el estado de fragilidad de las pinturas es tal que las hace especialmente vulnerables ante dicho proceso de desmontaje, transporte y montaje posterior» . Y entiende que ese riesgo «es motivo suficiente para paralizar la ejecución provisional» de la sentencia que, en primera instancia, ha reconocido que esos frescos son propiedad aragonesa y han de volver al Monasterio de Sijena.

Así las cosas, los frescos de Sijena seguirán en el MNAC hasta que el caso sea resuelto judicialmente en instancias superiores. En su caso, si se sigue dando la razón a la parte aragonsa, será entonces cuando se dilucide cómo ejecutar el fallo y, por tanto, cómo articular el traslado de los frescos a Sijena.

Hoy por hoy, dice la juez, no compensa asumir un riesgo tan alto cuando el caso aún no se ha cerrado de forma definitiva en vía judicial.

El auto judicial afea al Gobierno aragonés

«La fragilidad de las pinturas no conlleva la imposibilidad de su reintegración a la Sala Capitular (de Sijena), sin embargo sí que entraña unos riesgos», indica la magistrada. «El riesgo, más que de pérdida total, de deterioro de las pinturas, es evidente teniendo en cuenta la fragilidad d elas mismas», afirma en su auto.

Además, advierte al Gobierno aragonés que no ha cumplido con los requisitos que se le marcaron en su día : «no solo no ha acreditado la finalización de todas las obras de restauración de la Sala Capitular, sino que tampoco se ha acreditado la instalación del sistema de climatización (...) y, por supuesto, no se ha acreditado que las condiciones climáticas de la Sala Capitular sean las idóneas para recibir las pinturas murales, por lo que el riesgo de deterioro de las pinturas es manifiesto».

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