El espíritu de la manifestación del 8-O sigue vivo: «Somos imparables»

Se cumple el primer aniversario de la marcha que pobló Barcelona de banderas de España

El líder de Cs, Albert Rivera, ayer dando un discurso en un acto constitucionalista en Barcelona EFE

Daniel Tercero

En Cataluña hubo un antes y un después a los hechos de octubre de 2017. Sobre todo, por la masiva manifestación constitucionalista que se celebró en Barcelona el 8 de octubre, sin parangón en la historia de España, y que ayer se conmemoró con dos actos, uno convocado por Ciudadanos (Cs) y el otro, por Societat Civil Catalana (SCC). Además, esta tarde, a las 19.00 horas en la plaza San Jaime de la capital catalana está prevista una concentración para reivindicar aquella fecha, que, junto con la intervención pública del Rey el 3 de octubre, puso punto final al órdago secesionista del 1 de octubre.

El presidente de SCC, José Rosiñol, exigió ayer al presidente de la Generalitat, Quim Torra, que deje de dirigir la política autonómica solo para unos pocos catalanes y gobierne para todos. Y le instó a que, si no es capaz de hacerlo, «dimita» pues no puede ejercer de «agitador político». En este sentido, Rosiñol lamentó la imagen que está dando el Parlamento de Cataluña, por culpa del bloqueo de las fuerzas políticas secesionistas , y criticó que se haya convertido en una «cámara de propaganda y teatralización».

SCC realizó un acto modesto pero al que acudieron representantes de todas las fuerzas políticas que defienden el orden constitucional en el Parlamento catalán. Respecto al 8-O de hace un año , el presidente de la entidad cívica recordó que «marcó un antes y un después» , ya que supuso «una ruptura del relato del nacionalismo» y «demostró que Cataluña es mucho más plural de lo que quería demostrar el independentismo».

«Somos imparables»

Prácticamente a la misma hora, por la mañana, Cs reunía a unas dos mil personas bajo el lema «No a la violencia, sí a la Constitución». El partido de Albert Rivera convocó u na breve marcha por el centro de Barcelona cuyo destino final fue la plaza San Jaime. Una vez allí, Rivera acusó al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, de haber «abandonado» a los catalanes que se sienten españoles y defienden la Constitución. Por esto, el líder de la formación naranja prometió que si Cs gana las próximas elecciones generales, y él llega a La Moncloa, aplicará el artículo 155; y añadió: «No se puede gobernar España con quien quiere romperla».

Además, Rivera reiteró su idea de cambiar el sistema electoral para que el Gobierno no esté aritméticamente en manos de partidos minoritarios: «Quien no tenga un 3% en las urnas, no tendrá representación. Quien quiera estar en el Congreso, que se gane el sueldo defendiendo el interés general». Y comparó el nacionalismo con el populismo: «Dos caras de la misma moneda».

Así las cosas, quien inició su carrera política en el Parlamento autonómico catalán y ahora lidera una formación con 32 escaños en el Congreso de los Diputados, lanzó un mensaje de confianza a la ciudadanía y de advertencia a los independentistas: «Si los españoles nos damos la mano, somos imparables. Un país donde no se cumplen las leyes es la selva, la ley es el poder contra los poderosos. Nunca sumaremos con los que quieren romper este país».

Torrent decide

En otro orden de cosas, hoy lunes está prevista la reunión de la Mesa del Parlamento autonómico que debe reconsiderar los votos de los diputados suspendidos de Junts per Catalunya (JpC), entre ellos el de Carles Puigdemont. Los letrados ya han advertido de que la fórmula de JpC no se acoge a la interpretación que se desprende del auto del juez Pablo Llarena.

La última palabra la tendrá Roger Torrent (ERC), presidente parlamentario, que podría incurrir en desobediencia si, finalmente, cede a la presión de JpC y desoye a los servicios jurídicos. Mañana está previsto que se retome el pleno de Política General , suspendido por Torrent el jueves por la tarde-noche, después de un acuerdo entre JpC y ERC tras dos días de desencuentros sobre la votación de los diputados afectados por el auto de Llarena.

Ayer, como si no fuera con ellos la divisón entre independentistas, la gran fiesta de los «castellers» en Tarragona recibió a Torra con una enorme bandera «estelada» y muchos carteles independentistas.

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