Urkullu pasa factura a Sánchez y pide un Estado «plurinacional»

El lendakari exige al Gobierno central la transferencia de 37 nuevas competencias

Iñigo Urkullo, durante su intervención este jueves en el Pleno de Política General del Parlamento Vasco, en Vitoria EFE

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Sí a la transferencia de competencias y sí a la formación de un Estado «plurinacional». El lendakari no ha variado una coma del guion previsto esta legislatura por el Gobierno autonómico, que aspira a establecer un nuevo estatus político para el País Vasco que reconozca su « carácter nacional ».

Imprudente para los constitucionalistas, medroso para la izquierda radical, Iñigo Urkullu emplazó ayer al Ejecutivo de Pedro Sánchez a establecer un sistema bilateral «efectivo», a poder ser confederal , que garantice el autogobierno del territorio. Una reclamación tan «previsible» como el propio Gobierno vasco, apuntó el nacionalista.

Futuro Estatuto

Con el discurso del lendakari dio comienzo el curso político en el Parlamento autonómico, donde a lo largo de los próximos meses tomará forma jurídica el futuro Estatuto. Las bases del mismo, que fueron aprobadas por PNV y EH Bildu , recogen tanto el carácter nacional del País Vasco como su «derecho a decidir» su rumbo político. Ayer, Urkullu no hizo alusión alguna a la autodeterminación, pero sí habló de avanzar hacia la conformación de una « democracia plurinacional » que tome como referencia el modelo europeo: «¿Por qué no aplicarlo en el Estado?», preguntó a sus señorías.

La consulta iba dirigida también a Pedro Sánchez , a quien emplazó a afrontar la «nueva etapa» que se abre en el País Vasco «con altura de miras». Primero, para culminar el Estatuto de Guernica y la transferencia de las competencias pendientes. Después, para asumir la «realidad plurinacional» del Estado español: «Si se mantiene esta cerrazón, este “doble no”, ¿cuál es la alternativa?», advirtió Urkullu, que abogó por que el Parlamento pueda en el futuro «realizar un pronunciamiento solemne» sobre la celebración de una consulta independentista.

Con esta carta de presentación, el mandatario nacionalista instó al resto de grupos de la Cámara a alcanzar consensos más amplios y sólidos en torno al nuevo Estatuto, cuyas bases fueron rechazadas por todos los grupos salvo EH Bildu.

El principal señalado por la oposición fue el parlamentario Joseba Egibar , hombre fuerte del PNV en la ponencia de Autogobierno, que ayer, durante el turno de réplicas, reiteró la necesidad de establecer un nuevo modelo de «relación» con el Estado . Convino, eso sí, en la necesidad de que el proceso para aprobar el nuevo Estatuto sea «radicalmente democrático».

Hacia el «abismo»

Por los pasillos de la Cámara vasca, preocupación. La de PP y PSOE, que ratificaron su rechazo al proyecto de nuevo estatus de las fuerzas nacionalistas. También la de EH Bildu , cuyos dirigentes temen que la presión de los constitucionalistas congele el proyecto independentista que pactó con el PNV en la ponencia de Autogobierno. En este escenario, la portavoz de la formación radical, Maddalen Iriarte, volvió a tender la mano a Urkullu para alcanzar «acuerdos de país» y acabar con el «lastre» que, a su parecer, supone para el territorio su alianza con los socialistas.

Ese entendimiento entre PNV y EH Bildu es precisamente la fuerza que empuja al País Vasco hacia el «abismo», advirtió el presidente del PP autonómico, Alfonso Alonso , que rogó al lendakari que rectifique y «dé un paso atrás» para esquivar «el camino de la división». Más beligerante que los demás contestatarios, el popular auguró que al Gobierno vasco le esperan dos años «difíciles» tras un primer tramo de legislatura marcado por los acuerdos con la formación conservadora.

Por otro lado, Alonso acusó al Gobierno vasco de exigir más competencias para el territorio en base a «falsedades» : «No es verdad que el Estatuto de Guernica esté incumplido -aseveró-. No es cierto que existan 37 competencias sin transferir […], y si queda alguna es únicamente porque ustedes no la quieren más que de boquilla, como en el caso de prisiones».

A su juicio, tanto la demanda de competencias como la búsqueda de un modelo confederal para el País Vasco constituyen el « precio político » que los nacionalistas han exigido al gabinete de Pedro Sánchez por su apoyo en la moción de censura contra Mariano Rajoy: «Han puesto al frente de España al gobierno más débil de la democracia hace solo dos meses, y ahora le dicen que, o cumple estas exigencias, o se atenga a las consecuencias », afirmó. Y avisó al PSOE: «Yo me andaría con tiento, a nosotros el último acuerdo con el PNV nos duró solo una semana ».

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