CASO MAGNITSKY

Trece años siguiendo 230 millones de dólares

El inversor Willian Browder explica en la Audiencia Nacional la estafa que costó la vida a su abogado, Sergéi Magnitsky

El presidente y fundador de Hermitage Capital, William Browder

Isabel Vega

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William Browder sigue buscando a lo largo y ancho del mundo los 230 millones de dólares que le estafó una mafia en Rusia en connivencia con altos funcionarios de la administración de Vladimir Putin en un escándalo que se saldó con dos detenciones y con el asesinato del abogado que por encargo suyo lo estaba investigando . Se llamaba Sergéi Magnitsky, tenía 37 años y tras denunciar la implicación de policías y cargos públicos, fue detenido y apareció muerto en una celda en la que llevaba confinado casi un año.

Magnitsky falleció en 2009, pero los hechos se remontan a dos años antes. La policía entró en la sede de Hermitage Capital, el fondo inversor de Browder, en Moscú, con la acusación de que una de sus filiales había tributado menos de lo establecido. Sin embargo, la Hacienda rusa acababa de confirmar por escrito al magnate que en realidad, le correspondía una devolución de impuestos de 230 millones de dólares. Nunca los cobró. La conclusión del joven abogado fue que en esa entrada y registro se sustrajo documentación de la compañía que una organización criminal, la KOGC, utilizó para suplantar la identidad fiscal y quedarse con el dinero. Después, lo blanquearían sirviéndose de una red internacional denominada Kluev, con tentáculos en forma de bancos y mercantiles por medio mundo.

En Rusia, el caso se cerró con la condena de dos miembros de bajo rango de aquella organización criminal, pero la muerte del letrado desencadenó todo un movimiento internacional cuyo mayor exponente es la «Magnitsky Act», una ley que en Estados Unidos permite intervenir bienes y activos y prohibir el acceso al territorio de extranjeros sospechosos de vulneración de derechos fundamentales . La UE comenzó en diciembre los trabajos técnicos para dotarse de un mecanismo similar.

Pero Browder sigue buscando Justicia. Contrató a un grupo especializado, lo puso a investigar y con la premisa «follow the money», lleva una década rastreando el destino que pudieron tener los 230 millones en su afán por localizar a los responsables. Cuando encuentra algo, lo judicializa, de manera que ya hay causas abiertas por el blanqueo de los fondos del caso Magnitsky en Estados Unidos, Francia, Holanda, Bélgica y ahora, en España .

El juez busca 35 millones en territorio nacional

Lo intentó por primera vez en 2014, tirando de un hilo que le llevó hasta Valencia y que resultó un callejón sin salida . En 2017 volvió a llamar a la puerta de la Justicia española y esta vez, con material como para incoar diligencias. Anticorrupción tomó el testigo y acabó aislando hasta 35 millones de euros de los fondos de Browder que se habrían estado blanqueand o en el país, mafia rusa mediante.

El caso se puso en manos de la Audiencia Nacional con una querella en marzo de 2019 y el propio Browder ha sido recientemente llamado a declarar como testigo , aunque no sin incidentes, porque Rusia, donde el magnate ha pasado de ser uno de los principales inversores privados extranjeros a persona non grata; mantiene vigente una orden internacional de detención contra él. Tenía, por tanto, que ser una comparecencia discreta .

Según las fuentes jurídicas consultadas por este diario , ante el juez Ismael Moreno el pasado 10 de febrero, Browder detalló cómo le robaron sus sociedades en Rusia, simularon la contracción de grandes deudas, las llevaron a la quiebra y le reclamaron los impagos. Explicó también brevemente cómo tiró del hilo de los dos condenados y de un policía corrupto para acabar desentrañando una lista de bancos en Rusia y en otros países, sobre todo Moldavia Ucrania, Letonia y Estonia por los que se dispersaron los 230 millones. La filtración de los llamados «Papeles de Panamá» sirvió de ayuda, pues reveló que la KOGC ingresó más de 800 millones de dólares del Tesoro ruso con el mismo pretexto de devoluciones de impuestos y que el chelista amigo personal de Putin, Serguéi Rolduguin, podría estar implicado en el blanqueo.

Tres «viajes» de dinero a España

Pero el dinero seguía viajando y a España, según la querella de Anticorrupción, llegó en tres fases a lo largo de 2008 y 2009 . En la primera, se transfirieron 16,8 millones «en pagos realizados para la compra de activos inmobiliarios y otros bienes» desde Rusia, Moldavia, Ucrania y Letonia pasando por cuentas de 15 empresas pantalla. La segunda operación se articuló en 25 transferencias desde el Tesoro Ruso a las cuentas de dos residentes , pasando, de nuevo, por media docena de entidades antes. Finalmente, aterrizaron 5,1 millones de euros a una cuenta en España de un ciudadano ruso con el concepto de «préstamos para la compra de bienes inmuebles».

El desafío de la Audiencia Nacional ahora es encontrar esos bienes y trazar su relación con el fraude, siguiendo el dinero de vuelta hasta el origen del caso Magnitsky,

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